miércoles, octubre 29, 2008



EL GRAN SALTO

Este formidable espacio de pensamiento llamado estejulioesuno propone un paréntesis de unos cuantos días debido a que su mentor, su alma páter, viaja en gira deportiva hacia la República Oriental del Uruguay para medir debilidades contra un equipo charrúa en la disciplina deportiva conocida como foot-ball, más precisamente en la ciudad de Salto, a orillas de aquello que no es un río sino un cielo azul que viaja, pintor de nubes, camino, con sabor a mieles ruanas, según lo expresó muy bien don Anibal Sampayo en su composición Río de los pájaros. Allí hay unas termas célebres que con sus aguas beneficiosas calmarán, por no decir que curarán definitivamente, escrófulas, laceraciones, úlceras y todo tipo de podredumbres humanas, además del reuma y los constipados de un grupo de veteranos argentinos hechos bolsa pero mal, con el consiguiente riesgo de bajas de presión, diarreas y hemorragias. Pero beberemos junto a los celestes el vino de la amistad, el vino de la camaradería y el vino de las damajuanas, todo ello en su justa medida, esto es, en abundancia. Hasta la vista.

martes, octubre 28, 2008



EL CAFE DE LOS VIERNES

Tengo un amigo que se llama Daniel (Sus parientes y amigos le llamamos Dani, que viene a ser Daniel apocopado). Con Dani solemos encontrarnos todos los viernes en un bar muy conocido de nuestro barrio para beber café doble (con dos vasos de soda fría). Allí nos entregamos a la delicia de la charla sin temario, al intercambio sin especulación, a la plática diletante sin afán de lucimiento. Dani es un muchacho preparado y su plafond intelectual no se queda en la instrucción profesional que provee la universidad sino que abreva en la lectura de libros y una buena cantidad de viajes que ha realizado por el orbe del cual va recogiendo un manantial de conocimiento que excede al universo globalizado de los shoppings. Entonces nuestras charlas picotean como el colibrí en el néctar de una multiplicidad de temas que nos enriquece mutuamente y la información que trocamos nos ayuda a acrecentar nuestro acervo cerebral. No hay tema al que no nos animemos; si yo le tiro, a manera de desafío, el ripioso asunto de la máquina aceleradora de partículas, el me espetará, como para que conste que sabe de lo que estoy hablando: colisionador de hadrones; si yo le digo, por mencionar un tema que quema las primeras planas: estatización de las aefejotapés, el me replicará, como al desgaire, Amado Boudou (con la pronunciación correcta, esto es budú), Pero eso no excluye, cuando es pertinente, la chunga amable, el retruécano ingenioso y no sería extraño que si alguien propone platicar sobre la posible incidencia en la actual crisis mundial del grupo de los ocho el otro conteste con ojitos pícaros: el culo te abrocho, y nos riamos de buena gana, escupiendo algo de soda durante unos buenos dos minutos. Ayer propuse un tema en el que estoy especialmente preparado como es el del mundo del espectáculo. Y dentro de aquél el de las llamadas botineras, como así se denomina a las chicas bonitas de la farándula, sean modelos o bisoñas vedettes, que se enganchan a un jugador de fútbol para solucionar sus problemas económicos (de ellas). En el terreno de las artes televisivas, debo admitirlo, me siento cómodo, ninguna de sus temáticas me es ajena. Yo fui de purrete un devoto lector de la revista TV Guía y todas las semanas me la devoraba como un burrero la Palermo verde, como un cura la Biblia, como un onanista la Dinamita. Cuántas veces mi madre me habrá dicho Juli, menos TV Guía y más manual del alumno bonaerense. Yo, hoy-día te puedo decir de memoria los comentarios que acompañaban a cada teleprograma en la famosa publicación, por ejemplo Papá lo sabe todo (“Las divertidas y a veces emotivas peripecias de una típica familia norteamericana en la que el padre propone, la madre dispone y muy frecuentemente los hijos descomponen” ) Estábamos discutiendo con Dani sobre los antecedentes históricos de las botineras en nuestro país, y pretendíamos discernir a cuál se considera la primera botinera de la historia. Yo declaré con toda seguridad que era PataVillanueva, quien fuera pareja del jugador Alberto Tarantini y hurtase en alguna oportunidad una prenda de Harrods, y no precisamente Gath y Chavez. Pero Daniel (Dani) me espetó que yo estaba equivocado, que la primera botinera fue Pochi Grey (foto), quien tuvo amores con Miguel Angel Brindisi allá por la década del sesenta. El método que tiene Dani de beber el café llama la atención porque el hombre nunca busca la taza sino que ella sale en procura de la boca humana, y como generalmente mi amigo está impecablemente trajeado, siempre coloca la mano izquierda a manera de plato mientras sorbe su bebida para que ninguna gota caiga en el pantalón, digamos verde claro, de su ambo, porque la mano hace las veces de cortapisa.

miércoles, octubre 22, 2008



HISTORIAS DE LA COLIMBA



Un muchacho, que vivía a una cuadra y media de casa, tomó conocimiento de un método para salvarse del servicio militar. La colimba, que así se conocía popularmente, era la contribución forzosa que todo ciudadano, al cumplir los dieciocho, debía ofrendar a la patria. La manganeta para sortear el mandato constitucional, que obligaba a los muchachos a aprender a matar gente, era muy recomendable para personas con problemas bronquiales y consistía en provocarse una disnea temporaria, la que se lograba aspirando humo de azufre quemado a través de la nariz y la garganta. Por su condición de temporaria, la crisis asmática debía ser verificada en directo por la autoridad militar, puesto que, una vez superado el ataque, no quedan secuelas en pulmones y bronquios, de modo que era imperativo quemar el azufre a pasos nada más de la entrada al hospital militar a los efectos de que el médico castrense a cargo pudiese llevar a cabo la debida comprobación y firmar la ansiada papeleta de deficiente aptitud física . Precisamente en el menester de encender las barras de azufre estaba este vecino de mi calle cuando un móvil policial observó la conducta, cuanto menos sospechosa, de esnifar un humeante cilindro amarillo y lo detuvo. Trasladado que fue a la comisaría el muchacho hubo de ser interrogado por el comisario, hombre gordo y bonachón, que esto le dijo, cuando recibió la confusa explicación del por poco tiempo civilacho:
-¿Y usted hizo esa boludez de aspirar azufre para salvarse de la colimba? No, no se puede ser tan pelotudo. Yo había visto imbéciles, pero usted, joven, merece la cinta azul de la popularidad en imbecilidad y anexos. ¿No sabe que se puede morir haciendo una macana de ésas?
El pibe, lastimosamente, no se salvó de la conscripción. Y murió en la guerra.

La fotografía de los coiffeurs integra el libro Cruces de María Laura Guembe y Federico Lorenz. Editorial Edhasa.

lunes, octubre 13, 2008



MUJER VAS A ENTENDER QUE NO SE POR QUÉ IMAGINÉ QUE ANOCHE HUBO UNA FIESTA EN EL CLUB DE BLUES LOCAL
El doce de Octubre de 2008 en horas de la madrugada yo me encontraba durmiendo cuando me despertó el ruido de un bar cercano donde una banda de rock cumplía una presentación artística.
Alcancé a distinguir de entre el ruido una versión libre de Rock de la mujer perdida de Los Gatos en el que se incluía un violeo que duró aproximadamente media hora; después le siguió un blues de Pappo cuya letra reza no sé por qué imaginé… (creo que se llama Desconfìo), le siguió otro del mismo Napolitano que dice anoche hubo fiesta en el club de blues local, con sendos violeos de cuarenta minutos y fracción. Si bien los que tocaban eran un trío, el sonido estentóreo que hacían esos instrumentos benditos, querido mío, me tenía levitado sobre la cama como la chica de El exorcista. Mi mujer dormía como si estuviera en un hotel de Las Toninas en invierno. Los blues se sucedían sin solución de continuidad y yo a esas alturas estaba más despierto que un conductor que se quedó dormido en la ruta y casi vuelca pero se salva por un pelín. Caí en la cuenta de que el blues argentino es una sola canción y que si alguien uniera sus títulos más insignes se crearía un monotema que duraría a lo menos unos diez años, sin saberse cuál sería el principio y cuál el fin de las piezas que antes eran autónomas. Es como una salchicha parrillera, esa clásica rueda espiralada que se va seccionando conforme los requerimientos de los comensales. Quiero decir que la salchicha es una y todos comen de la misma. Temí que surgiera el deseo de corregir a los ruidosos por parte del peluquero que vive enfrente del bar, hombre que perteneció a la policía y que aun conserva el arma con la que mandó al otro mundo a un asaltante hace cosa de diez años. En aquella ocasión el marginal entró en la barbería blandiendo un caño y le dijo al coiffeur -sin saber que esas serían sus últimas palabras-: dame la guita o te quemo. El peluquero le hizo al piromaníaco pelo y barba sin derecho a retoque y ahora yo me preguntaba si no desearía acallar a la banda de rock and blues con el mismo método sumarísimo. Los violeos del guitarrista, eso sí, eran impecables, perfecta digitación, velocidad asombrosa y sentimiento gaucho, pero después de dos horas de escuchar el mismo blues argentino uno teme que el público entre en rebelión y exija a los golpes una melodía, ¡una melodía por el amor de Dios! En cualquier caso yo quería retomar mi sueño interrupto. Pero qué bien tocaba la guitarra ese joven.

miércoles, octubre 08, 2008


NOTICIERO PORNO (Una historia real)
El señor Mancini fue un locutor que conducía el noticiero nocturno del canal siete en épocas del ex presidente ¡piiip! Una noche yo tomaba razón de las noticias que el calvo conductor, recientemente fallecido, propalaba encastrado en la escenografía típica de la noticiarios: unos cuantos monitores de televisión a sus espaldas transmitiendo imágenes diversas, no se sabe bien para qué. En el caso del canal oficial los aparatos de televisión eran dos porque había poca plata (y posiblemente de la marca ahorra grande aurora grundig). Pero lo notable es que en el monitor de la derecha la imagen en movimiento mostraba a una linda señorita, desnuda, montada a caballo de un señor igualmente despojado, acostado boca arriba. Alcancé a vislumbrar las tetas de la mujer parcialmente ocultas por las manos del afortunado, que hacían las veces de corpiño mientras ella, puedo afirmar que disfrutaba del momento, si me ciño a sus ojos en blanco y su boca abierta que parecía reiterar un asentimiento (yes,yes,yes,yes,yes). Enrique Alejandro Mancini seguía informando a la población sobre las bondades del gobierno de ¡piiip! mientras la pareja la pasaba de fábula. ¿Sería esto un sabotaje que le hicieron los empleados del canal teniendo en cuenta que el speaker era el jefe de noticias del canal gubernamental? No lo sé y se me importa un ardite. En cualquier caso tuve la oportunidad de verme una porno mientras el locutor anunciaba la inauguración de una fábrica de leche en polvo.

lunes, octubre 06, 2008



CAÑO DE CENTURION


Centurión me encara y me dice: a ver si mostrás mi caño en tu bloc, cochitumá. Alude, creo*, a un supuesto túnel que le hizo a alguien durante el match del domingo. Centurión se llama Cristóforo pero le llamamos así (Centurión) porque cuando era más joven se parecía mucho al futbolista Ramón Centurión. Pero ahora está más parecido a Salman Rushdie aunque nadie se da cuenta porque el escritor indo-inglés no ha mostrado mucho su cara debido a la persecución de que fue objeto durante años por los islamitas. En cualquier caso, Centu-Salman me dijo: a ver si mostrás mi caño en tu bloc, conchitumá. Quizás por estar demasiado concentrado en mi propia performance juro que no lo vi pero no quiero desatender el gentil pedido de mi amigo. Ahí va el caño (de escape del auto) de Centurión. Te cumplí Centu, conchitumá.



*Opté por la interpretación automovilística de caño, descartando la sexual y la alucinógena, que son más divertidas.

sábado, octubre 04, 2008

UN PIROMANÍACO ANDA SUELTO

Es una advertencia harto llamativa en especial si tomamos en cuenta que fue formulada en el delicioso y pacífico villorrio donde agoto mis horas, aldea moderadamente mediocre y con bailes de los años ochentas los días sábados. La presencia supuesta de un piromaníaco no es para preocuparse sino para ocuparse, ni para desesperarse sino para esperarse. La albertencia (advertencia que me formuló mi amigo Alberto Zuloaga) ha de servir para que cada quien tome sus recaudos. Pero el hombre fogoso existe, de eso no caben dudas. Ya ha incendiado un club de pádel del que no quedó en pie ni el quiosquito de gatorade cuyas botellas fueron vaciadas sobre el fuego con vano resultado. Cuando Zuloaga me lo contó sólo atiné a decir na pero al siguiente día vino con otra noticia que le servía de apoyatura a la primera.
-El piromaniaco (lo dice sin acento) quemó el Renault de mi vecino. Si no me crees lo podés ir a ver.
Lo fui a comprobar al propio lugar del evento y en efecto el Megane rojo del vecino de Zuloaga se había convertido en una negra coupé fuego. ¿El método del incendiario? Bombas molotov. El hombre arrojaba bombas comunistas desde distancias variables. Zuloaga también me informó que el hombre es el mismo que prendió fuego al colectivo el ante año (ver el extraordinario capítulo ¡Fuego en Providencia! del 24 de Noviembre de 2006):
-¿A que no sabés quién fue el que quemó el colectivo el ante año? -me preguntó Zuloaga-.
-El mismo que quemó el coche de tu vecino –deduje-.
-Ah, ya sabías.
-No, me imaginé por cómo venía tu discurso.
-¿Qué discurso?
-No importa.
-Bueno, este tipo fue el que incendió el colectivo el ante año. Se subió y pidió un boleto a Aldo Bonzo. El chofer le dijo que el bondi no iba a Aldo Bonzo. Ahí nomás comenzó una discusión y el loco sacó la botellita de molotov y…
Al sospechoso, que llamaremos Camilo Eresuma, aunque no es su nombre real, que omitimos por razones legales, lo detuvieron una vez pero no se encontraron evidencias de que hubiese sido el autor de los ardientes ilícitos y se lo soltó. Es un vagabundo de mediana edad un poco tarado (mental) que merodea las zonas aledañas a la estación del ferrocarril. Casi todo el vecindario coincide en que él es el causante de los incendios. Una martillera de la zona, convencida de la inocencia del incapaz lo tomó bajo su protección un día en que los vecinos hicieron justicia y lo molieron a palos dejándolo maltrecho y con una pierna rota. La dama lo albergó en su casa donde duerme en un cobertizo y realiza trabajos de jardinería y otras labores menores. Yo lo conocí ayer cuando tuve que concurrir a la inmobiliaria de esta señora para averiguar si tenía cierta casa con fondo atrás que me andaba faltando para un cliente. En la oficina de la corredora hay un gran ventanal que comunica a un inmenso parque lleno de estatuas de querubines escupiendo. Allí estaba Eresuma regando el jardín. En un momento dejó la manguera sobre el césped y caminó hacia nosotros, se detuvo al pie de la ventana batiente y preguntó:
-¿Llama la señora?
-Sabés Camilo que no me gusta cuando hablás así. Ahora andá a dar una vuelta que estoy trabajando –lo reprendió suavemente.-
A la noche encontré a Camilo en la calle como se aprecia en la foto. El tema se está tornando ocupante.

miércoles, octubre 01, 2008



LA BICICLETA


Decidí concurrir al trabajo conduciendo mi bici. Hace años que no me montaba a una. Creo que la última vez fue cuando mi mamá me mandó a comprarle cinta gro a la mercería y me recalcó que no tardara. Y yo no tardé casi nada, menos por el consejo materno que porque estaba por empezar Revólver a la orden. Yo pedaleaba al través de pavimentos y macadams y sufría los declives hacia arriba, pero me sentía libre y casi no me importó cuando una fina llovizna comenzó a rociar mi cenicienta cabellera que hasta allí bailaba al son del viento. Ah, la libertad. Liberté, je ecris ton nom. Libertad pero no libertinaje. Cuando la lluvia comenzó a arreciar pensé en la posibilidad de que una pulmonía pusiera fin a mis sueños. Un incipiente desaliento por el aguacero, los caminos que van hacia arriba y el agua helada, que discurría dentro de mi espalda en alocado canal para desembocar en la raya y perderse finalmente en las profundidades del culo, todos ellos tendían a envenenarme el día y maldije la hora en que se me ocurrió salir de casa arriba de ese vehículo inestable y ridículo dejando guardada en su cochera a mi moderna unidad a motor.
Desde la perspectiva que ofrecían los grandes ventanales del rodado veía las preciosas casas del barrio, algunas de ellas grandes como un penal ( si hay penales grandes como una casa, por qué no podría haber casas grandes como un penal). Varios chalets ostentaban en sus rejas carteles de venta inmobiliaria. Dentro de esa subcategoría (propiedades con carteles de venta) había inmuebles que pertenecen a personas de mi amistad o conocimiento, lo cual me indujo a preguntarme la razón por la cual sus titulares de dominio no habían confiado en los servicios de Arizmendis propiedades donde ejerzo funciones (departamento de ventas). Dentro del subgrupo de propiedades con carteles de venta que pertenecen a personas de mi conocimiento doy fe, hay un capítulo que incluye a aquellas en las que el viejo martillero Arizmendis conoce la circunstancia de mi afinidad con el o los dueños y sé que cuando vea los letreros habrá de preguntarme por qué esa casa no integra la cartera de inmuebles a la venta de Arizmendis Propiedades carajo-hay que ponerse las pilas-así nos van a comer los piojos-la puta que lo parió (sus berrinches se presentan siempre in crescendo). Llegué a la oficina con un ataque de asma de grado be que calmé con una provisión de salbutamol que siempre llevo en mis faltriqueras. Estaba con mis músculos agarrotados y las piernas acalambradas y duras como las de Forrest Gump cuando bailaba como Elvis. Quité los broches de la parte inferior de mis perneras y me dispuse a contestar al primer que hacé ridículo.
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