jueves, diciembre 27, 2012

DIARIO DEL GRAN VIAJE (DIARY OF THE BIG TOUR) ONCEAVA PARTE 17 de S. EN LA CARRETERA - DE ROMA A NIZA A la mañana siguiente, esto es, el 17 de setiembre, vuelta a levantarse tempranito porque debíamos salir de Italia para ir a España. Pero primero debíamos pasar por Niza, distante 704 km de Roma, donde debíamos abandonar el bello, suntuoso y confortable hotel a quien le digo ciao y gracias por tutti. El paisaje al principio no es gran cosa, nos dirigimos por la carretera hacia el mar. No tarda mucho en aparecer otra vez la belleza que me obliga a hacer trabajar a mi vista en tareas más placenteras, para lo cual debo abandonar provisoriamente la pluma-fuente. A la izquierda un pueblecito llamado Orte, como aquel jugador de Banfield y Racing que fue asesinado en un asalto. Estamos en la región de Lazio, provincia de Viterbo, apenas a 80 km desde nuestra salida. Es un pueblo enclavado en una montaña. Eso es un paisaje típico y maravilloso. Sé que será difícil emparejar la magnificencia de Capri, su trencito a cremallera que nos llevó a la parte alta de la isla, donde está la “ciudad” propiamente dicha, sus callejuelas que suben y bajan, se internan, sus casitas y hoteles al estilo mediterráneo, lo que es obvio, porque estamos en el Mediterráneo. Esas casas que veíamos en las propagandas de productos paquetes en la TV. No sé, un suponer, de Campari, de algún cosmético finísimo, de los cigarrillos esos que promocionaban Claudia Sánchez y el Nono Pugliese que, extrañamente no murió de cáncer de pulmón sino que se cayó de un techo y se hizo mierda. Todos lugares que muchas veces vemos en filmes y en la tele y no creemos que sean reales. Y lo son. Ahora me acordé qué fue lo que comimos en el restaurante de Capri, un primer plato de arroz a la marinera y un segundo de rabas con ensalada de lechuga y zanahoria, Y de postre una tortita parecida al brownie que estaba pasable. Y la vuelta por ese caminito donde se atisban las casas con espectaculares vistas al mar que es como si pintaras toda tu casa de un azul cambiante, tornadizo pero cada vez más sublime. Ese camino pone a prueba el estado de los gemelos (digo de las piernas, no de hijos mellizos que se resisten a caminar), entrenamiento que me venía de perlas porque mi ausencia de las canchas de foot-ball me quitaría estado físico y esos esfuerzos de alguna manera compensaban la carencia. Y siempre mirando al mar y a sus barquitos que parecían pintados. Pero ahora, a derecha tenemos los montes Apeninos donde comenzó su odisea el pobrecito Marco Bresssano en la ¿inmortal? obra De los Apeninos a los Andes escrita por Edmondo de Amicis. Debo hacer un necesario break porque el exterior me está proveyendo de más bellezas de las que puedo asimilar si no me abocara plenamente y con todos los sentidos a ellas. Al rato paramos para hacer pis en un lugar desde donde al fondo se ven Los Apeninos y después seguimos pero ahora subiendo por dichos montes, que, al decir de la guía Maricarmen, son la “espinita vertebral” de Italia. Y a izquierda vemos otro pueblito sorprendente enclavado en la montaña que se llama Orvieto, región de Umbría, Provincia de Terni. Ya recorrimos 132 km desde Roma. Me gustaría pasar una temporadita en Orvieto porque se me ocurre que es tranquilo, con poca gente, sin demasiado intercambio social. La vista de Orvieto te aplaca los nervios y te apaga la tensión. Digo, no sé. Todo acompañado con la música de Joe Jackson. No sé cómo pero cayó en mis manos por estos días la música de Joe Jackson y si es así debe ser lo correcto. Bah, cayó en mis manos. Mi hermano pequeño me lo proveyó. Seguimos por la autopista a la búsqueda del mar en esta ruta perfectamente bien puesta. Ahora son las 14 50 del lunes y vamos rumbo a Génova. No puedo escribir mucho porque los túneles se suceden y todo queda a oscuras. Puentes más puentes, ahora dale que volvió la luz. El micro no tiene luz. La carretera se hunde en Los Alpes, horada la tierra y la luz se va. Qué tarea de ingenieria, cuánta carga de dinamita. No leo el teclado, quiero escribir dinamita y escribo sibanura. Ni cerca le pasé. Sol y 25 grados, decía que los túneles no me dejan continuar con el relato que dejé más o menos cuando llegamos a Pistoia a comer a un lugar llamado Autogrill, que los hay en toda Italia. Descanso de túneles. Estamos a 324 Km. de la capital Roma. Pistoia está en la región de Toscana, Provincia de Pistoia. El Autogrill se encuentra en Serravalle Pistoiese. Comemos dos “Insalatona” por las que oblamos un total de once euros con ochenta. Cuatro salsas (?) y dos “Acqua minerale” a uno con treinta cada una, lo que hace un total de 15 euros. Arrivederci e grazie, dice el ticket. La insalatona es una ensalada de considerable abundancia con atún. Platillo adecuado para el mediodía. A las 12 49 supimos pagar la cuenta y nos mandamos a mudar. Lo sé porque es lo que declara el ticket. Vamos a 50 km de Génova y debo detener la escritura antes de que llegue otro túnel, que penetra en la negrura como si fuese un supositorio el transporte y un orificio rectal el túnel. Pasamos por Génova, sin salir de la carretera. Dice la mujer que habla que es una ciudad con muchos problemas debido a la crisis de Europa, cuestión que no me interesa ni mucho ni poco. Está poblada por algo de poco más de un millón de personas en un paisaje donde Los Alpes caen al mar con poco espacio para construir viviendas, de manera que muchas de ellas balconean al mar porque están enclavadas en su ladera. Eso hace mucho efecto y le da tipicidad al poblado que ya era famoso porque aquí nació Cristobal Colón, el navegante, lo tienes que conocer, querido diario. Ahora vamos hacia Ventimiglia que es el camino que nos llevará a Niza, ya en Francia. 26 grados a las cuatro de la tarde. Tengo un poco de hambre. Saco fotos a granel pero hay unos paneles acústicos que absorben los ruidos al costado de la autopista. Evitan a los pueblos a la vera de la ruta la contaminación sonora pero le provocan a los viajeros una contaminación visual al no permitírseles apreciar en plenitud esos pueblos enclavados en las laderas montañosas. Vamos a pasar por Savona y allí haremos una parada técnica. En este instante hay 22 grados y sigue soleado.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

y?? to be continued ????

7:17 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

of course!

10:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

when????????????

8:14 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

next week (nesquik)

8:49 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

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6:40 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

año sabático ?????

9:03 a. m.  
Anonymous julio said...

no! Vuelvo! Pronto!

9:46 a. m.  

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