martes, diciembre 11, 2012

DIARIO DEL GRAN VIAJE (DIARY OF THE BIG TOUR) CUARTA PARTE TOUR POR ROMA (Continuación) La mañana mejora a cada minuto. Mi estómago responde gauchito y sin ofenderse por todo lo que le envié durante el desayuno del hotel. Tiras y tiras de panceta frita con huevo. Ahora pasamos por las Termas de Caracalla y la guía italiana comenta que allí ofrecieron en 1990 un recital los 3 tenores. Muchos edificios parecen en plena demolición, “restos de muros, trocitos de columnas”, dice la guía. Ahora pasamos por un edifico donde se guarda la reliquia más importante de Roma, la Scala Santa. Qué es o era, por Dios, la Scala Santa. Qué poco sé de religión o de escaleras aplicadas a la religión. La Scala Santa es una escalera de mármol compuesta por 28 escalones situada justo enfrente de la Basílica de San Juan de Letrán. ¿Y para qué servía la escalera? Y, calculo que para subir y bajar. Pero mejor escuchemos a los que saben. Es la escalera por la que Jesús de Nazareth subió el Viernes Santo para ser juzgado. La mandó a traer hasta acá Santa Helena, madre de Constantino I en 326. En 1726 la forraron de nogal para que los penitentes que la suben de rodillas a modo de expiación, no la desgasten. Se considera uno de los lugares más santos del mundo. La basílica de San Juan de Letrán merece un qué lindo y qué hermoso de dos mujeres arriba del bus y el click incesante de las cámaras fotográficas. Se suceden las iglesias y parroquias. La guía ahora nos da una serie de recomendaciones para cuando vayamos a la fuente de Trevi, por ejemplo que se pueden pedir hasta cuatro deseos pero cada uno con una moneda distinta, no importa el valor que ella tenga, lo que tácitamente nos autoriza a arrojar pesos argentinos. Y deben ser lanzadas de espaldas a la fuente. Momentos de distensión, clima más suelto después de tanta severidad basílica. Alguien menciona la crisis argentina como buen motivo para pedir un par de deseos y la italiana equipara la crisis que padecen ellos con la nuestra. Yo barrunto que si hay crisis en Italia, que la hay, no se la ve en los lugares por donde pasamos ya que los turistas son felices y tienen plata y los italianos que los sirven, por lo menos tienen trabajo. Ahora la dulce Antonella, nuestra guía italiana que reemplazó a la odiosa Maricarmen, hace una broma sobre las suegras y dice que los novios antes de casarse van a la fuente de Trevi y piden que la suegra se vaya a vivir a 500 o 700 kilómetros. Ja, ja, ja. Humor italiano. Alberto Sordi se debe estar revolviendo en su tumba. Pasado este breve interregno de sana expansión nos encontramos, ahora de frente con la Iglesia de San Juan de Letrán y su frontis con el famoso travertino que “absorbe la luz y no refleja el sol” Lo que quiere decir la dama peninsular es que el travertino es una roca sedimentaria por lo que tiene huecos y aberturas naturales en su superficie que absorben el calor del sol. La señora comenta, no sé a cuento de qué, que los españoles y los italianos se parecen en algunas cosas, especialmente en que cada año para Navidad o Pascuas tienen que hacer la penitencia de ver una de las películas más famosas de la Roma Imperial: Ben Hur. Y nosotros, los argentinos, veíamos en Navidad y Pascuas Rey de Reyes con el malogrado Jeffrey Hunter, que filmó la película cuando tenía 35 años. Pienso, mientras miro las iglesias, los templos, las catedrales, las basílicas, etc. CONTINUARÁ
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