DIARIO ÍNTIMO DE UN VIAJE QUE REALICÉ RECIENTEMENTE Y QUE HE DENOMINADO:
DIARIO DEL GRAN VIAJE (DIARY OF THE BIG TOUR) PRIMERA PARTE
13 DE S.
LA PARTIDA
Querido diario: me sorprendes con la pluma fuente en la mano adentro de este avión de la línea B. A. donde habremos de permanecer en las próximas horas. Hemos partido desde Buenos Aires y ahora volamos por sobre el océano para descender en Londres, capital del Reino Unido de la Gran Bretaña, Irlanda del Norte, etc. Desde los altoparlantes del aeroplano nos avisan que van a desinfectarlo mientras una azafata pasa con un aerosol y nos rocía. Se pensarán estos british que los argentinos somos unos pestosos. Bien mirado, es un pensamiento que presenta un marcado sentimiento de inferioridad. La realidad es que deben existir normas internacionales que establecen la obligación de rociar los aviones donde viajen argentinos pestosos. Pero la gran incógnita que se me planteaba, antes de que la azafata nos rociara, era saber si podría superar mis problemas de claustrofobia. A las tres y cinco de la tarde, es decir, habiendo transcurrido más de una hora y media de vuelo, puedo decir que sí. Yes indeed. Prueba superada. La claustrofobia acaba de pasar a formar parte de mi pasado más ominoso. Ya fue. Adiós claustrofobia, ojala-Dios que te mueras encerrada.
DENTRO DEL AVIÓN
El Aircraft es una moderna unidad muy distinta de aquellas que abordé las últimas veces que viajé en avión, es decir, hace más de 20 años, casi de purrete. Por ejemplo, y a modo de simple comparación, antes, para entretenerte, te ponían una película de VHS que se veía en una pantalla ubicada en el frente de la sección del avión donde te encontrabas. Ahora tenés justo enfrente de ti, sobre la parte posterior del respaldo de la butaca de adelante, una pequeña pantalla de cristal líquido donde hay una oferta de entretenimientos que van desde series de tevé, películas, documentales, cedés musicales, hasta programas de radio, obviously, de la radio británica. Fue así que me fue posible escuchar El show de Ronnie Woood donde el guitarrista de los Stones es maestro de ceremonias y pasa música de todas las épocas (del rock and blues and pop). En el programa que atendí pasaron a T. Rex, Faces, etcétera, y una variedad interesante de músicas como no puede ser de otra forma siendo un músico que está arriba de todo y desde allí observa todo lo que pasa. Pero lo que merece también apuntarse es que me estoy muriendo de hambre y todavía no han servido nada masticable. Apenas un aeromozo pasó empujando un carrito con bebidas de las más variadas clases, todas sin alcohol. Sobre la parte superior tenían jugos de naranja, de cranberrys, de tomate. Al jugo de tomates le ponían algo así como una salsa de soja, y agua y varias personas se lo tomaban sin decir agua va. E., mi actual mujer, tomó agua. Pero en un nicho bastante escondido del carrito encontré unas primorosas botellitas que contenían ¡vino blanco! Y bebí el vinillo oportuno y conveniente.
Ahora faltan once horas cinco minutos, todo te lo informa la pantallita. Estas lindas botellitas de vino blanco, creo que son cabernet. Yo entiendo poquito de novi. Pero le pedí al sobrecargo, que se llamaba Zaid, y no hablaba castellano, una de las tiny bottles. Y qué vino rico resultó, compañero. Hace mucho que no tomaba vino blanco. Ahora pasan en el show de Ronnie Wood un tema de los Stones. Se la iba a perder el gran Ron. Luego elogiará al armoniquista de su canción pero la comida está próxima y ya no me importa nada más. Ya se siente el olor a carnes asadas en todo el ámbito de la aeronave. E. me cuenta que ya han servido a una chica y dos viejas de mierda se han quejado porque sirvieron primero a la chica. La aeromoza explica que le sirvieron primero a la chica porque es vegetariana pero las viejas igualmente protestan alegando que el hecho de ser vegetariano no supone privilegios de ninguna índole y que no debería la chica ser servida en primer término. Ojo con las viejas. Pueden tener cara de buenas y ser malas. Ahora suena un bonito tema de ZZ top. Pero debo aprontarme para la comida. Cuando faltan diez horas 59 minutos. Llega la comida. Hasta luego.
CONTINUARÁ
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