jueves, mayo 26, 2011


VASELINA
En los días de lluvia todos los hombres del grupo futbolístico que integro vamos a jugar a un gimnasio cubierto que nos protege del meteoro. Este 25 de mayo de 2011 la mañana estaba tan mala como la del mismo día pero de 1810. Lo primero, cuando esto ocurre, es una breve deliberación sobre si conviene quedarse en casa comiendo facturas o ir a jugar sobre la superficie dura y peligrosa del parquet que te deja la cintura a la miseria. Obviamente conviene lo primero así que opté por lo segundo. Nunca olvidaré este 25 porque convertí un gol de vaselina, destreza que exige importantes proporciones de inventiva cuanto de motricidad fina. El gol de emboquillada, llamado en España vaselina, aunque la manteca también sirve, consiste en arrojar la pelota por encima del arquero de tal forma que la parábola que ésta describe encuentra su punto más alto cuando pasa por la cabeza del golero y entonces, éste, observa con desesperación que ni con una escalera al cielo podrá alcanzarla. Hermoso tema Escalera al cielo por Led Zeppelin. La pelota por fin baja para introducirse lentamente en la valla, como pidiendo permiso. Beautiful. Es de destacar la calidad moral del guardametas sometido que me estrechó fuertemente la diestra tras el gol y me dijo, como en un suspiro y con los ojos cerrados: ¡golazo! El gol es la Plenitud y esa Plenitud se asemeja bastante al nirvana o la iluminación. Dura unos cuantos segundos desde que la pelota ingresa en el arco hasta que el goleador recibe la última felicitación. En estos ámbitos de fútbol aficionado y veterano no es habitual felicitar al autor de un gol excepto que sea un ¡golazo! El gol es el fin último que justifica el gran renunciamiento a las facturas y el periódico para optar por una actividad de índole epopéyica. Para el observador objetivo, es decir, todo aquel que esté afuera del partido, ver a esas figuras con sobrepeso, muchas de las cuales necesitan un tratamiento intensivo en hair recovery, es una experiencia desechable y un poco triste. Incluso, el jugador que, por lesión, queda afuera del partido nota con claridad ese patetismo y no es inusual que, al concluir la brega, diga: che, son horribles. Son más malos que pegarle al hijo (no dicen a la madre porque la mayoría, por la edad, carece de ellas) Pero para el que está adentro del rectángulo de juego, esa horita, horita y pico, es como introducirse en un país donde puedes ser líder si dispones de un puñado de habilidades. Es como entrar en una realidad paralela con el beneficio de que puedes cambiarla, cosa que raramente ocurre con la realidad real (que también es paralela, porque cuando hay dos paralelas una es paralela de la otra). Cuando estás ganando reina la armonía y sientes que no necesitas nada más, que todas las bienaventuranzas del mundo allá afuera están de más, que son superfluas. Imagino a un jugador de fútbol que recibe la visita de su esposa en pleno partido y ésta le da la noticia de que se han sacado la grande. Es muy probable que este jugador, que está inmerso en la realidad paralela del fútbol, le pida a su mujer que espere a que termine el partido y pensará para sí: qué desubicada esta mina, venir a molestar cuando estoy jugando. Y cuando vas perdiendo, la realidad en ese mundo paralelo será insatisfactoria, pero sentirás que dispones de las armas para revertirla, que es posible un mundo mejor y que sólo depende de ti. Como dicen los libros de autoayuda. Al contrario de lo que pasa allá afuera donde, además, llueve. Eso sí, todo esto siempre y cuando sea observado desde adentro. De afuera lo que se ve es un puñado de tipos sudorosos con rostro colorado y desesperado y cubiertos de rodilleras. No cualquiera puede marcar un gol de vaselina o emboquillada. Hay que calzar la pelota a la altura de los cordones de la zapatilla (izquierda en mi caso). Y hacerlo mientras se mide distancia entre el pie y el arquero, altura que necesita la pelota para que no se vaya por encima del travesaño, fuerza que se le debe infundir al empeine, etc.

4 Comments:

Anonymous gjf said...

Casi una foto la caricatura (los mostachos y la calva igualitos)!!!! tiembla E. Sabat. La publicidad de la empresa de transporte AR, casi subliminal y lo mejor !! "EL UNICO ESPECTADOR", se ve que es un apasionado/a del futbol champagne y el único/a que merece apreciar tanta belleza. Salutti

7:18 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Si, es Lolita, mi perrita. Para que no digan que no nos vienen a ver ni los perros.

12:05 p. m.  
Anonymous nacho said...

Ricky Rojas!!!!!!!

8:47 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Eso! Todos podemos tener un día Ricky Rojas. Tengamos fe.

9:13 p. m.  

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