QUINCHO TEMATICO DE RICARDO DITRO
Las paredes del quincho de R. Ditro son un muestrario diverso de equipos de fútbol, masculino, femenino o mixto. En esa corte de los milagros fotográfica no se discrimina entre teams malos o buenos, inolvidables o inexistentes, profesionales o amateurs, y abarca todas las épocas, desde la de la pelota de tiento y las casacas con botones, hasta nuestras actuales pelotas con colores trolitos y camisetas que no dejan adherir el sudor. ¡Error! Una camiseta seca anula el principal testimonio que necesita un barra brava para no moler a palos al jugador porque no puso lo que hay que poner, o el director técnico para no sacarlo al siguiente partido por amargo, o, en fin, el presidente, para que, al final de la temporada no lo dé a préstamo a algún club de mitad de tabla del Argentino B.
Cada vez que Ricardo nos invita a su quincho, lejos del mujerío que gobierna su hogar, nos quedamos largos minutos contemplando aquel verdadero museo de la pelota, tiempo que nuestro amigo y anfitrión se toma para preparar picadas con ingredientes de los más insospechados orígenes. Constancio y yo mirábamos los retratos, en muchos de los cuales éramos nosotros mismos quienes sonreíamos a la Kodak poket, enfundados en aquellos típicos pantaloncitos aprietahuevos. También había formaciones de equipos que disputaban campeonatos de fútbol siete, fútbol playa, hinchas vestidos con camisetas del equipo millonario para honrar al reciente campeón, en fin, hay un poco de todo. En todos los casos la presencia del balón acredita que allí se va a jugar un partido de foot-ball y no que se va a perder el tiempo lastimosamente.
Cuando Riqui terminó de picar la picada le preguntó a Constancio, que prendía un cigarrillo con otro que fenecería una vez cumplida la función de yesquero:
-Che, Constancio, ¿vas a ser el técnico al final?
-Y, no sé...
-Es lo que siempre digo, los técnicos tienen que tener personalidad. Me imagino cuando el peludo te pregunte a quién saca y a quién pone y vos le contestes y... no sé...
Luego de la renuncia del entrenador Máximo Rolón, la dirigencia le ha ofrecido el puesto vacante a la dupla peludo Rodríguez-Constancio Marceletti. El peludo aceptó de mil amores. Constancio, por ahora, dice y... no sé...
Llega la hija de Ricardo con una tarta de jamón y queso atención de la señora de Ditro. La chica tiene un embarazo avanzado que certifica que Ricardo va a ser abuelo. Deja la bandeja y se va luego de saludar a Constancio y a mí. La tarta tienen poco que ver con el espíritu de una picada pero qué tremendo puente ha abierto la esposa de Ditro con esa ofrenda alimenticia. Es que los esposos Ditro no se llevan nada bien y esa tarta es un mentís a cualquier especulación que uno pueda hacer en orden a sospechar que, cuando Riqui le comentó a su esposa que venían sus amigos, ella le respondió bueno pero no esperes que te haga comida, que yo no soy tu sirvienta, arreglate como puedas.
Cada vez que Ricardo nos invita a su quincho, lejos del mujerío que gobierna su hogar, nos quedamos largos minutos contemplando aquel verdadero museo de la pelota, tiempo que nuestro amigo y anfitrión se toma para preparar picadas con ingredientes de los más insospechados orígenes. Constancio y yo mirábamos los retratos, en muchos de los cuales éramos nosotros mismos quienes sonreíamos a la Kodak poket, enfundados en aquellos típicos pantaloncitos aprietahuevos. También había formaciones de equipos que disputaban campeonatos de fútbol siete, fútbol playa, hinchas vestidos con camisetas del equipo millonario para honrar al reciente campeón, en fin, hay un poco de todo. En todos los casos la presencia del balón acredita que allí se va a jugar un partido de foot-ball y no que se va a perder el tiempo lastimosamente.
Cuando Riqui terminó de picar la picada le preguntó a Constancio, que prendía un cigarrillo con otro que fenecería una vez cumplida la función de yesquero:
-Che, Constancio, ¿vas a ser el técnico al final?
-Y, no sé...
-Es lo que siempre digo, los técnicos tienen que tener personalidad. Me imagino cuando el peludo te pregunte a quién saca y a quién pone y vos le contestes y... no sé...
Luego de la renuncia del entrenador Máximo Rolón, la dirigencia le ha ofrecido el puesto vacante a la dupla peludo Rodríguez-Constancio Marceletti. El peludo aceptó de mil amores. Constancio, por ahora, dice y... no sé...
Llega la hija de Ricardo con una tarta de jamón y queso atención de la señora de Ditro. La chica tiene un embarazo avanzado que certifica que Ricardo va a ser abuelo. Deja la bandeja y se va luego de saludar a Constancio y a mí. La tarta tienen poco que ver con el espíritu de una picada pero qué tremendo puente ha abierto la esposa de Ditro con esa ofrenda alimenticia. Es que los esposos Ditro no se llevan nada bien y esa tarta es un mentís a cualquier especulación que uno pueda hacer en orden a sospechar que, cuando Riqui le comentó a su esposa que venían sus amigos, ella le respondió bueno pero no esperes que te haga comida, que yo no soy tu sirvienta, arreglate como puedas.
2 Comments:
Querido Yulai:
esa frase suya, "lejos del mujerío", ha herido muy profundamente mi corazón azulgrana que hoy celebra un 4/3 y la permanencia en la punta.
así que era cuerva la marplatense. Disfrútelo con salud.
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