viernes, noviembre 24, 2006

¡FUEGO EN PROVIDENCIA!

Al llegar a casa después del trabajo me estaba esperando mi esposa, vestida con indumentaria deportiva para salir a caminar y me invitó a que la acompañara. No le podía decir que no, aunque estaba cansado y sucio porque había estado colocando carteles con mi compañero Zuloaga. Pero acepté porque todavía faltaba una hora para el excepcional partido que daban en la tele: Ben-Hur contra (o mejor versus como para seguir en la Roma antigua) Almagro. Me cambié y nos lanzamos a paso vivo por las calles de La Providencia, cruzamos las vías y entramos en Providencia. Yo prefería otro itinerario pero la rutina de Mariana incluye pasar por Providencia, que es el lugar donde habitualmente ejerzo mis tareas. Así que yo caminaba y saludaba a los conocidos, clientes y favorecedores con mi mano derecha, como un candidato a intendente municipal. Sólo me faltaba besar cabecitas de niños. Cuando estábamos cerca de la esquina de las calles D. Bessone y R. Ereñú vimos un fuego. Apuramos la marcha y vimos un colectivo que estaba ardiendo (ver fotografía). La gente comenzó a agolparse para ver el espectáculo (gran mérito mío de haber eludido el adjetivo “dantesco”, casado hace años con la palabra “espectáculo”). Dos mujeres de mediana edad, que se habían ubicado junto a mi esposa, posición privilegiada para observar el fuego, dialogaban con sus manos izquierdas tomando sendos mentones, mientras que los codos de los brazos correspondientes a dichas manos eran sostenidos por las palmas de las manos restantes, esto es, las derechas)
-¡Qué barbaridad! –decía una-.
-Que les avisen a los bomberos –sugería la otra-.
-¡Mirá! El fuego está quemando un cable de la luz.
-Espero que no se corte la luz.
-¡No! No lo digas ni en broma. ¡Hoy dan Bailando por un sueño!*
-¡ES VERDAD! ¡Y HOY ES NOCHE DE SENTENCIADOS!
Seguimos nuestro camino porque los vidrios del ómnibus comenzaron a reventar y había peligro de que se clavaran en alguno de los viandantes.

*Bailando por un sueño es un concurso de televisión en el que varias parejas compiten para hacer realidad el sueño de los participantes varones. A éstos se les asigna como compañera de baile a una modelo en ascenso, una actriz en descenso o una conductora mitad de tabla. Los sueños consisten, por ejemplo, en comprarle la dentadura a la nona o fundar un hogar para modelos sin apetito. Un jurado de notables (por ejemplo, Gerardo Sofovich) califica a los participantes. A los que obtienen las notas más bajas se los “sentencia” y el público televidente debe votar (pagando) cuál pareja desea que continúe en el programa. Bueno, me voy porque comienza Almagro versus Ben-Hur.
resumen de noticiasviajes y turismo
contador web