lunes, octubre 09, 2006

DE LA JORNADA DEL SABADO

Vemos en la foto a todo color a un jugador del equipo de Afap llevando un bidón de agua y la pelota con la que se jugará el partido. En su cabeza gacha, en sus hombros algo caídos, en su mirada torva, se adivina cierta desilusión. El muchacho ha sido destinado a integrar el banco de suplentes. Eso no es ninguna situación desdorosa y menos cuando le ha sido asignado el cumplimiento de la tarea de aguatero, labor que algunos necios llaman auxiliar, secundaria, y que juzgan de escasa importancia. Yo afirmo desde aquí que la de aguatero es una función de las más trascendentes que tiene el fútbol. El aguatero es, ni más ni menos, que el elegido que saciará la sed del titular sediento, quien mojará la zona afectada del lesionado (lo que convierte milagrosamente al vital elemento en agua bendita), pero, el aguatero también es quien deberá manejar los tiempos cuando el equipo va ganando y es necesario que entre para perder algunos minutos hasta que el árbitro pite el final de la brega. No, no señores, no es una misión menor la del aguatero. Qué va a serlo. Por Dios, de dónde sacan eso. Nunca lo fue. Desde los albores mismos de la nacionalidad, ese servicio fundamental ha sido destacado y es honrado en el calendario escolar. Recordemos nuestra escuela primaria, al llegar la semana de Mayo. Hagamos memoria: la señorita no nos hacía dibujar un wing, un inside o un jas en nuestros cuadernos con forro araña. No señor, nos hacía dibujar una mazamorrera, un vendedor de velas y, sí, Un Aguatero. Loor entonces a este anónimo compañero de equipo que, cuando terminó el partido y no jugó ni un minuto, le tiró al técnico la camiseta en la cara y se fue sin saludar.

El equipo ganó dos a cero. Pensar que hace poco más de un mes nadie daba dos pesos por nosotros. No es que ahora lo haga, pero uno está más dado a pensar que en estos tiempos la gente se cuida bastante del destino que le dará a sus excedentes dinerarios.

Gran labor del negro Strugla, que como está suspendido en los otros dos campeonatos en los que participa como figura estelar, viene jugando con nosotros con bastante continuidad. Esto ha supuesto la postergación del peludo Rodríguez, que como ocupa el mismo puesto de delantero que el negro, ha debido ver el partido desde el banco junto a, entre otros, el aguatero de la semblanza anterior. Imagine el lector los pedazos de cuero, las lonjas del técnico que han quedado esparcidos por toda la zona aledaña a la banca.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El aguatero puede sentirse dichoso de tener esa actividad porque si lo analizamos friamente no se sabe si sirve siquiera para eso.

7:27 p. m.  

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