¡MI AMIGO SALIÓ EN LA TELE!

El viernes pasado volvía de sacar a mi perrita para su paseo de salud cuando veo en la tele a mi amigo ¡Mario! ¡Es Mario! ¡Mirá vieja, es Mario! Mario trabajó en la fábrica de neumáticos Fate durante 34 años y de un día para el otro lo echaron como a un perro. Así funciona nuestro país. Te tiran a la parte honda de la piscina pero te niegan el patito de hule. Quiero decir que te arrojan a la calle y allí no tienes la mínima posibilidad de hacer pie pues nadie le da trabajo a un jovato de más de 50. Y además de sufrir carencias por el lado del bolsillo comenzás a sentirte como que no servís para nada. Y eso te deprime, te entristece, te deja en el fondo del agujero sin un Piñera que te salve. Por eso el fútbol es bueno y no hay que menospreciarlo. El fútbol te ayuda a recuperar algo de respeto por uno cuando lo tenés tan bajo como un neumático Fate en llanta. Eso sí, Marito, hay que desprenderse antes del balón para evitar nuevos ataques a la autoestima tan deteriorada, del tipo: ¡Cortala con la pisadita intrascendente, pelotudo! No hay nada peor que a uno le digan intrascendente.