Hay lecturas que nos conmueven, que alteran nuestra manera de ver el mundo y a los que en él moran, relatos que dejan en nosotros un sedimento que transforma nuestra inestablemente equilibrada realidad apenas practicamos una ligera sacudida, como un domo de nieve que obnubila la visión del paisaje tan pronto lo agitamos.
De qué diantres estoy hablando se aclarará una vez que haya referido esta sencilla anécdota: Arizmendis me pide que redacte un boleto de compra-venta. Le digo que ahora no puedo. El extraordinario escritor estadounidense Herman Melville (1819-1891) dio a conocer en el año 1856 su inmortal obra Bartleby el escribiente. A la orden de su empleador, un abogado de New York, de que copie cierto documento, Bartleby contesta: Preferiría no hacerlo (I would prefer not to). Arizmendis insiste: hay que preparar el boleto ahora porque se firma la tarde.
-Ahora no puedo (Preferiría no hacerlo) –le digo.
Arizmendis simula no haber escuchado y cambia la orden por una más insignificante:
-Llamá al bar para que traigan café.
-Ahora no puedo (I would prefer not to)
-Te volviste loco, Julio, ¿qué carajo te pasa? Dale, agarrá la computadora y hacé el boleto.
-Ahora no puedo (Preferiría no hacerlo-I would prefer not to).
Arizmendis parece darse por vencido.
-Bueno, alcanzame el título de propiedad que lo hago yo.
-Ahora no puedo –le contesto. Bartleby dijo: preferiría no hacerlo-.
Como en el conmovedor cuento de Melville, Arizmendis parecía haberse “convertido en una estatua de sal”, tal su anonadación ante mis reiterados ahora no puedo. Igual que el jefe de Bartleby, el mío pretendía explicarme que sus solicitudes "estaban de acuerdo con la costumbre y el sentido común", vamos, que no me estaba pidiendo nada desdoroso.
-Si, pero ahora no puedo (que es como decir preferiría no hacerlo-I would prefer not to) –le contesté-.
Arizmendis estaba colorado como un tomate Pena. Primero se tomó el pecho, luego me mandó a la mismísima mierda.
¡Oh Julio! ¡Oh Humanidad!
Hay días en que me veo como si tuviera la figura de Bartleby: “pálidamente pulcra, lamentablemente decente, incurablemente desolada”.
9 Comments:
Yulai, iba a dejarle un comentario pero...
ahora no puedo!
un abrazo
A propósito, yo quería
Pero Ud realmente no prefería por algo en especial o simplemente era para ver la calentura de su jefe?
Bartleby es metafísicamente exasperante. Rescato su intención de traerlo a la superficie, julito, pero en mi opinión no son equivalentes las expresiones "ahora no puedo" y "preferiría no hacerlo". La primera es contundente y si el interlocutor tiene alguna premura, buscará la manera de encontrar otro mandadero. Sin embargo, la expresión de Bartleby no dice nada, queda ahí, en una suspensión eterna y e inmovilizante.
Parafraseando a la condesa, si me piden que explique mejor la idea, todo bien, pero... preferiría no hacerlo.
Julito:
pase por
http://retecarotida.blogspot.com/2007/09/and-de-winner-is.html
y retire el premio en ventanilla.
Roedor: ciertamente plausible tu interpretación. A mí me gustó la que leí en algún lado que dice que el preferiría no hacerlo denuncia la rebeldía del hombre ante el poder expresada por medio de la inacción y bla bla bla...
jeje, qué sutileza, Julito... Esa interpretación es la "oficial" y hasta la suscribo pese al tufillo psicobolchoide antiglobalizante no logo Naomi Klein Manu Chao.
La otra, la que puse yo, es mucho más desestabilizante porque no te aporta nada, estás pendiendo de un hilo y estás como al comienzo.
Digo, esa sensación de vacío es jodida de soportar.
Eso es el nihilismo. A veces me agarra. Pero ahora preferiría no contarlo.
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