lunes, agosto 13, 2007




CRONICA DE UN ESCANDALO

El negro Goyo cargó lícitamente con su cuerpo a S. L.
S. L., que no esperaba el topetazo, cayó al suelo y sufrió un serio desplazamiento mandibular. El damnificado primero intentó acomodarse la mandíbula porque había quedado como el actor italiano Totó (ver fotos), pero no lo consiguió. Desesperado e indignado, la voz, posiblemente por efecto del desplazamiento, le salía rara, como si hubiera bebido antes del partido, lo cual no sé ni me consta. Pero aun defectuosa ello no obstó a que profiriese espantosas amenazas del tipo de:
Te voy a cagar a tiros
Voy a ir a tu negocio y te voy a romper todos los vidrios
Te voy a pasar por encima con el auto.
Y lo usual en estos casos, insultos clásicos del tipo de ¡hijo de p…!, ¡la concha de tu m.!
La tensión en cancha (¿vieron que ahora nuestros mediocres periodistas dicen en cancha y no en la cancha?) habrá durado unos quince minutos. Ambos contendientes fueron contenidos entre varios para que no se cagaran a piñas. El negro Goyo escuchó las primeras diez amenazas, todas de una variedad digna de la imaginación de un escritor ganador de premios, aunque no plagiario (te echo líquido de frenos en la camioneta, te tiro pimienta en los ojos, te empujo cuando llegue el subte, etc.) Pero a la undécima la cara del morocho se volvió de un rojo tomate Pena y lo corrió a S. L. para matarlo a trompadas. Con esfuerzo, logramos agarrarlo entre varios. Uno de los jugadores, que es abogado, le sugirió a Goyo que formulara la denuncia policial por amenazas e intentó entusiasmarlo con que una demanda en lo civil podría prosperar. Corrió a buscar una tarjeta a su bolso. El partido se reanudó en medio de una calma precaria y pudo culminar sin novedad.
En las duchas, S.L. se bañaba sumido en oscuras cavilaciones cuando llegó el negro Goyo enarbolando su jabón y su champú (que no le gusta compartir con nadie). Bajo la regadera intentó explicarle que su carga había sido lícita porque la produjo con el hombro. S.L. replicó, siempre con su mandíbula a lo Totó y su voz errática similar a la de un dipsomaniaco, que de ninguna manera puede considerarse lícita cuando pone en peligro la integridad física del adversario, que eso está considerado como juego brusco grave, acá y en la República Popular China. No me excederé con los detalles porque la piel de los dedos se me frunce de tanto estar bajo el agua caliente. Los que hacía veinte minutos eran enemigos irreconciliables se propusieron dejar en el olvido el penoso incidente y se dieron un abrazo conmovedor que todos los circunstantes aplaudieron con sus manos y otras cosas enjabonados. ¡Pero ambos estaban desnudos! Un escándalo.

(En la foto de arriba se ve a los protagonistas del escándalo con los rostros sellados por razones legales. Son momentos previos en los que todo es camaradería y amor, pero del viril. En los retratos del actor Totó se puede apreciar su mandíbula que parece torcida, más en la foto del afiche de la película La banda degli honesti (La banda de los honestos) que en la grande. Totó es el de la derecha. Aunque bien podría ser una apreciación subjetiva. Por otra parte, al actor Totó no lo conoce nadie. Así que hagan de cuenta que nunca hice la comparación.)




1 Comments:

Blogger Luigi said...

Qué guarangada (diría mi señora) eso de aplaudir con otras partes enjabonadas!

7:06 p. m.  

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