lunes, noviembre 27, 2006


EMPATE EN SMALL COUNTRY


El pasado fin de semana nos tocó jugar en un country muy paquete llamado Small Country. Las medidas de seguridad en estos conglomerados son extremadas al máximo porque afuera, en la calle, en la vida, la violencia es irrefrenable y quienes pueden hacerlo, porque su posición económica es fenómena, procuran preservarse y aislarse. A tales efectos construyen barrios privados (Como Providence, el pequeño country que se edificó en el mismo corazón de Providencia) a los que se accede después de sortear un control riguroso, con guardias armados y perros de bocas babeantes. Nuestra alegre caravana futbolera, integrada por cinco o seis automóviles de antigüedades variables, tuvo que detenerse en el control de ingreso y a cada uno de los ocupantes le fue requerida la documentación personal. Muchos de nosotros carecíamos de identificación; los guardias se dijeron mentalmente masí y se conformaron con que declarásemos nuestros nombres y números de documento. Primer relajamiento en la seguridad. Uno de los que iban conmigo, un muchacho siempre dispuesto a la cuchufleta, la zumba y la chanza, declaró un nombre falso y el agente privado de seguridad lo anotó sin dudar de la veracidad del chacotero.
El campo de juego de Small Country es de un verdor que da pena pisarlo. Sinónimos más usuales de campo de juego en buen estado:
Alfombra verde.
Verdadero billar.
Hay que felicitar a don Lelo García.
El equipo apenas se llevó un chirle empate que no sirvió para obtener el subcampeonato, pero que nos dejó satisfechos una vez que comparamos nuestra actual situación con el comienzo incierto del torneo, en el que perdíamos seguido, no le hacíamos un gol a nadie y el peludo Rodríguez se la pasaba hinchando las pelotas. En la cancha que estaba junto a la nuestra, apenas separada por una soga blanca, jugaba el ex campeón mundial Oscar Ruggeri (en la foto, con camiseta a bastones celestes y blancos). Me pone muy orgulloso pensar que alguna vez jugué al lado de Ruggeri, que es lo que técnicamente ocurrió.
En la foto se puede ver al plantel que pisó la grama de Small Country el 25 de Noviembre de 2006, incluyendo al orientador táctico y a un trío de simpáticos cebollitas que, a la sazón, son los pequeños hijos de tres jugadores.


2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Julio: acabo de entrar a tu blog y, en forma preventiva y para leer con el detenimiento que se merece, me bajé los 4 meses a la máquinola y ya los veré... Mientras iba y venía identifiqué infinidad de fotos y titulares "futboleros" y espero, con sinceridad, que aún así me pueda enganchar. Sabés de sobra que el futbol y su endogámico mundo de conflictos entre millonarios y pobres me tiene sin cuidado. Igual, supongo que las crónicas de unos viejos chotos de country que se creen que ellos también juegan al futbol (si están bien narradas) me divertirán lo suficiente. Confío en ello...
Y casualmente, Lucio ayer dominga (termino futbolístico para identificar el primer día de la semana, aquel que aparece en rojo en los calendarios) decía, Lu ayer estuvo en un triangular en Pontevedra (no la provincia aquella, el pueblito de la provincia de Solá) y me cuenta que empataron con Ferro y que le ganaron a El Tunel. Hizo tres goles (o cuatro, o cinco, ni me acuerdo). Ese es mi hijo! (ejem...).
Un abrazo y hasta otra!

7:54 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Querido Javier: el blog habla un poco de todo, de fútbol un poco también, pero sólo en su aspecto ridículo o patético. Lo que pretendo es abarcar toda la problemática del hombre moderno, su articulaciónón dentro de la sociedad de masas y las derivaciones mediatas en el contexto del mundo globalizado. Un abrazo. Julio

10:06 a. m.  

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