jueves, agosto 06, 2009

THE FACE OF THE MAN

Pasados los cincuenta años el hombre se convierte en un ser melancólico, abatido, agobiado por el hartazgo (o harto por el agobio), pocas cosas le llaman la atención o logran sacarlo de ese sopor aburrido que pareciera constituir su estado natural. Una de esas contadas cosas es la práctica del fútbol. Cuando el objeto de nuestro estudio (cincuentón) se junta en grupo para un banquete (el clásico asado de camaradería), esa reunión apenas le sirve para alterar mínimamente la rutina, pero la alegría, lo que llamamos en puridad alegría, llega en cuentagotas. Cerca de las once de la noche el tipo comienza a mirar el reloj, a disimular los bostezos y se dirige al piletón a lavar su plato y sus cubiertos para la retirada. En cambio, cuando el fútbol está presente o próximo en el tiempo, quiero decir, cuando acabamos de jugar un partido o estamos en vísperas de su disputa, al día siguiente a la mañana, por ejemplo, contra los amigos del representativo uruguayo, los rostros cambian, las sonrisas asoman, las risas resuenan, los abrazos estrechan. Para dar sustento a estas afirmaciones me baso en los estudios científicos del célebre psicólogo estadounidense Paul Ekman (n. 1934 ), y sus exhaustivas observaciones sobre las expresiones faciales, brillantemente expuestos en obras tales como: Unmasking the Face- Emotions Revealed: Recognizing Faces and Feelings to Improve Communication and Emotional Life (Times Books, 2003); Telling Lies: Clues to Deceit in the Marketplace, Politics, and Marriage; What the Face Reveals (with Rosenberg, E. L., Oxford University Press, 1998); The Nature of Emotion: Fundamental Questions (with R. Davidson, Oxford University Press, 1994); Darwin and Facial Expression: A Century of Research in Review; Facial Action Coding System/Investigator's; Why Kids Lie: How Parents Can Encourage Truthfulness; Handbook of Methods in Nonverbal Behaviour Research*.
Basta ver las jetas de los señores en ambos paneles fotográficos para diferenciar sin mayor esfuerzo a aquellos que están disfrutando de los que, según la célebre clasificación de las emociones que Ekman describe en su obra, están sufriendo alguna especie de tristeza, miedo, ira o repugnancia. Y la diferencia la hace un modesto partidito de fútbol.




















*Si la lectura de los textos arriba citados os resultara pesada, entonces vean la serie Lie to me protagonizada por el gran actor Tim Roth.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

todos los hombres entran en ese estado don julio? me refiero a la de 50 años ?

11:19 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

sin excepción

9:30 a. m.  

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