miércoles, mayo 06, 2009


EL IZQUIERDISTA Y EL DERECHISTA



Más de quinientos quilómetros sobre una ruta posibilita un intercambio entre las personas que no necesariamente enriquece aunque sí puede divertir, entretener, e incluso aburrir, cuando no llevarte directamente al fastidio insoportable. No fue este el caso. Tuve la posibilidad de compartir el viaje hacia Necochea, en gira futbolística, con un muchacho derechista y otro izquierdista, el uno herrero, el otro artista plástico. El tema de Cuba fue el disparador ideológico para que el hombre de derechas afirmase que en la isla no existe la libertad y el izquierdista, disimulando su indignación, asegurase que la medicina en la patria de Fidel es la mejor del mundo, lo cual, para mí, era lo mismo que presenciar una discusión entre una persona que sostiene que las peras en almíbar son exquisitas y otro que replica que mucho mejor son los primeros discos de Led Zeppelin. Quiero decir que era una polémica vana porque se adentraba en senderos que se bifurcan, parafraseando a José Luis Borges. Bah, después de todo, yo viajaba con mis amigos, no con Feinman y Rosichner (cuando alguien no me cae lo escribo mal), no pretendamos un programa de Grondona, tampoco. La contrarréplica del herrero derechista no se hizo esperar: “lo de la medicina en Cuba no sé si es tan así. Un amigo mío, vos lo conocés, C., una vez estaba en Cuba y se rompió el tendón. Lo llevaron a un hospital cubano y no lo atendieron nada bien”. El artista plástico de izquierdas contraargumentó: “Mirá, ese C. es un pelotudo. Mirá que he conocido pelotudos...”.Yo por mi parte no me quise prender en este festival del pensamiento y le puse coto introduciendo un magazine dentro del mecanismo para reproducir música que está adosado al tablero de mi automóvil azul. En ese momento las partes litigantes suspendieron la partida, dejaron los trebejos de la controversia y se dedicaron a coincidir en el aprecio por la belleza. Yo llevaba en mis alforjas un material variado que abarcaba una amplia paleta armónica, susceptible de ser justipreciado tanto por izquierdistas como por derechistas. H.P. y C.G. prefirieron a Julio Sosa (el varón del tango) y la música los mantuvo callados mientras seguíamos el trazado de la cinta asfáltica en Balcarce, atravesando el sistema de Tandilia, que está formado por las sierras más antiguas del planeta.


2 Comments:

Anonymous gerjofe said...

que viajecito !!!! eh? didáctico

10:55 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Ah sí, CG es un libro abierto, pero a veces uno prefiere ver la tele

11:08 a. m.  

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