viernes, octubre 05, 2007











PICNIC DE PRIMAVERA
Terminado nuestro paseo con raquetas por el valle nevado del volcán Lanín (recomiendo leer el insoslayable informe titulado Caminando con raquetas de nieve) buscamos una playa de nieve que tuviese una buena vista de la montaña blanca y allí colocamos nuestras reposeras. No fue necesario llevar heladera portátil. Bastó con que enterrásemos nuestras latas y botellines en la nieve y en minutos estaban listos para beber. El clima estaba cálido (25 grados), el día soleado y en esa superficie gozábamos del efecto cama solar, esto es, que el astro sonriente de puntas doradas nos bronceaba desde arriba mientras que su reflejo sobre los cristales níveos de la albura lo hacía desde abajo. A la noche estábamos quemados como si hubiésemos estado todo el día en la Bristol en mitad de Enero. El calentamiento global del planeta se está poniendo buenísimo.








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