FÚTBOL PARA TODOS
En el inicio oficial de la temporada futbolística dominical en cancha grande de nuestra querida asociación de fomento nos hemos encontrado con una situación enojosa que puede prestarse a rencillas. Ocurre que se están presentando a jugar entre 30 y 40 hombres. De tal forma que los partidos son de quince contra quince, quince contra dieciséis, dieciséis contra catorce, etc. Esto último (16 vs 14) se subsana simplemente pasando a uno del equipo con más jugadores al que tiene menos. La polémica dentro de nuestra comunidad futbolera surgió en menos que Fito Páez canta un gallo. Están los que sostienen la postura de que jueguen todos, sea la cantidad que sea y, en el oto extremo. aquellos que buscan implementar algún sistema para que los partidos sean de once contra once como lo establece bastante claramente el reglamento de la International Board. Yo me encuentro enrolado en la primera de las posiciones, que he llamado Fútbol para todos, siguiendo en un todo los lineamentos de la sintonía gubernamental, es decir, que jueguen todos sin limitación de número, color de piel o religión. Es cierto que con este método el campo de juego se llena y es así como es dable observar a defensas de seis jugadores, mediocampos más poblados que Shangai y delanteras con cinco delanteros como en la época de Onega, Pando, Artime, Delem y Roberto. Pasame una Carilina tisú, gracias. Se da la situación de que a muchos de mis compañeros no los conozco y me siento en la obligación de presentarme en pleno partido, por exigencias de educación y roce social:
-Hola, soy Julio, mucho gusto.
-Hola, Teodoro, encantado.
-¿De qué jugas?
-De peón de brega.
- Ok.
-¿Siempre venís a este boliche?
-…
Y así. La otra opción, que podríamos llamar numerus clausus o número limitado de futbolistas, surge de una selección de players en estricto orden de llegada. Esto puede traer aparejada la injusta exclusión de algunos referentes, o miembros fundadores del grupo, que por alguna razón (borrachera nocturna, amor matinal) llegaron tarde. Estas personas no merecen quedar afuera en ningún caso. Imaginemos a quien es una verdadera institución (no vaciada) de nuestro grupo, como lo es Lolo (73 años): Lolo llega tarde, caminando lento, con su pantaloncito brilloso de Boca del 71. Saluda a todos: “¿qué hacen, manga de troncos de mierda?” Contestadme: ¿Podemos dejarlo afuera? ¿Podemos ser tan insensibles? ¿Tienen hijos esos que lo quieren dejar haciendo banco? ¿Odian el perfume, odian el color? Yo, al que intente dejar a fuera a Lolo, lo boxeo. Por otra parte, La ideología de que jueguen todos sin excepción, a poco que pasen los minutos del match, se volverá una cuestión abstracta porque los muchachos se lesionan y salen rengueando del field. Así se alivia bastante el flujo jugadoril; que un tironcillo por acá, que un desgarro por allá, que una trombosis leve por acullá. De tal forma que, lo que al principio fue una congregación de treinta y pico de personas con alta presión, terminan siendo, ya en el ocaso de la brega, un número más razonable. Y los que corren de verdad no llegan a tres. Los demás que se quedan no pueden ni quieren correr más. Sólo sueñan con una Quilmes bien helada. Y traeme unos manises y unos quesitos.
-Se dice maníes, bestia.
-Ok. Traeme unos maníes, bestia.
4 Comments:
Futbol para todos!
Si! Para alegría del pueblo y grandeza de la nación!
lo mejor es que jueguen los primeros 22. Los que quedan que jueguen un picadito al costado de la cancha. futbol para todos solo en la tv oficial. Y Lolo, que se levante más temprano.
OK. Tomo nota de tu postura ante la problemática. Gracias por tu aporte.
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