martes, abril 13, 2010

HISTORIAS QUE NACEN Y MUEREN EN LAS CALLES DE MI BARRIO


Quise aprovechar la mañana gloriosa del otoño temprano con su sol intacto, pero tibiecito, y su temperatura recatada. Dejé mi automóvil en su cochera y caminé mi aldea a través de su calle principal ,verdadera espina dorsal del barrio, con su alameda de aromáticos eucaliptos y sus amplias veredas en escaque. Y a medida que recorría sus casas rememoraba buena parte de las historias que encierra cada una de ellas: la morada donde vivió un amigo que alguna vez se casó con una actriz y vedette que se suicidó recientemente. El pudo rehacer su vida y ahora es feliz. En la cuadra siguiente se encuentra la imponente mansión que está construyendo el basquetbolista Scola, jugador de la NBA ya convertido en un legítimo NBA (nuevo burgués argentino). Al lado de la opulenta residencia está la casa donde vivió una gran amiga a quien encontré hace poco después de muchos años y está de rechupete. No me refiero a la residencia. Enfrente está la casa donde residiera, casi la mitad de su vida, una amiga de mi esposa a quien un célebre médico cubano radicado en la Argentina, hijo de una no menos célebre médica cubana a quien no permiten salir de la isla, y ampliamente respetado por la prensa políticamente correcta, estafó miserablemente y la dejó casi en la ruina. En la cuadra siguiente vive un señor a quien, gracias a una ingeniosa ingeniería inmobiliaria le hice comprar su primera vivienda y cada vez que me encuentra me lo agradece. Ah, casualmente ahora está saliendo de su chalet, de nada, de nada. De nada, chau. No hice más que cumplir con mi deber, de nada. Al lado vive la suegra de un amigo futbolista que se fue a jugar a Italia y cuando convirtió un gol la prensa peninsular dijo que había sido con una strepitosa staffilata dalla distanza. En la zona de los departamentos vive un hombre a quien una vez le prestaron treinta mil pesos y los perdió adentro de la propia vivienda a la que tuvo casi que demoler para encontrarlos. Nunca aparecieron. Sigo por la misma calle de los eucaliptos y llego a la zona comercial donde hay una inmobiliaria cuyo titular, cuando era socio del club, para no pagar la cuota social alteraba las fechas de los talones de pago, por ejemplo, convertía al mes cero uno en cero siete por el birlibirloque de enderezar el palito superior del uno y atravesarle otro palito más corto al tallo principal del número. Realizaba operaciones similares con el cero seis y el cero ocho, cero siete y cero nueve, y así. Confiemos en que no aplique el mismo código de conducta para vender o alquilar propiedades.

Ah, calle de los eucaliptus, cuántos recuerdos. Ocho.


4 Comments:

Blogger Unknown said...

Me encantó lo de "alameda de eucaliptos"

7:27 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

no es un error: una alameda puede ser de álamos y de cualquier otra especie arbórea. En cualquier caso, ¡Fernandito! ¡hermano del alma!

9:14 a. m.  
Blogger bonito lunch said...

no me digas que j.s. hacia eso .
que hijo de puta!!!!!

12:11 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

incluso lo suspendieron por seis meses. Pero como no tiene cara, después de la suspensión siguió yendo

12:19 p. m.  

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