EL TEST DE MI AMIGO

Un amigo deberá practicarse hoy una videocolonoscopía. Y también se hará examinar la vía gástrica. A tales efectos le solicitó al médico que, si debía utilizar el mismo caño, que comenzara por la boca. El galeno se sonrió y le contestó que eso ya se lo habían dicho antes.
Para el procedimiento videoscópico, cuenta mi joven camarada, debe ayunar y posteriormente jngerir un bidón lleno de un líquido indeterminado. Por suerte, informó, de la próstata anda bien, ya que tiene un PSA de 1 (ignoro qué es un PSA de 1). Recuerda que aquella vez debieron introducirle un dedo masculino, no pequeño, en el recto, previa la humillante orden de que se hincara. Declara mi querido compañero que no fue doloroso ni agradable. Una sensación rara, eso sí. Gracias a Dios la próstata estaba bien pero le descubrieron hemorroides. De lo que nunca se olvidará es, juró, es de ese dedo cilíndrico y grande.
Duda mi amigo si la videocolonoscopía incluye una visión de la próstata e infiere que sí ya que sería como tomar el subte en Leandro N. Alem para ir hasta Medrano. Hay que pasar obligatoriamente por Florida. La próstata, según su particular símil, vendría a ser la primera estación si asimilamos Leandro Alem con el anillo del ano y empezamos allí el recorrido.