BONITO FIN DE SEMANA
El viernes a la noche se celebró en el club la Reunión Especial Social, de Amistad amaradería Anual (R.E.S.A.C.A.) de nuestro grupo de fútbol, una veintena de muchachos que cuentan entre sus filas a estupendos oradores, capaces de poner un barniz de sentimentalismo a cualquier velada, incluso la más divertida. A los postres del magnífico banquete fueron honrados con sendos pergaminos dos de los muchachos que han pasado los setenta, verdaderos padres fundadores de nuestra hermandad futbolera que ya jugaban al fútbol en épocas en que la pelota era de tiento, los botines tenían tapones de madera, las casacas venían con botones, los pantaloncitos negros se arratonaban a la segunda lavada y no se insultaba usando las expresiones la c. de tu madre o la puta que te p. sino que se recurría a términos tales como pastenaca (Ver el filme Pelota de trapo.1948. Dirección: Leopoldo Torres Ríos). También se hizo un balance de todo lo bueno que hicimos este año, tarea que insumió escasos minutos y se comió y bebió por la amistad, menester que nos llevó unas cuatro horitas.
Al día siguiente jugué con un equipo del club la final del campeonato que ganamos brillantemente y con fútbol de alto vuelo. Mi hermano, que es el mejor jugador del club, fue el que más voló, impulsado por las patadas que recibió de unos adversarios que después dicen que juegan para divertirse y antes del partido suelen andar a los besos. Tanto le han pegado a nuestro muchacho estos mediocres que si un funcionario de C.S.I. hubiese peritado las zapatillas de alguno de ellos, se podría determinar el ADN de mi hermano y hasta trazar su perfil psicológico, tal es la cantidad de patadas que asimiló.
Fruto de la brava final me llevé un buen raspón en la zona del codo, luego de una barrida temeraria que aró el suelo y lo dejó como para sembrar soja de segunda. Cómo me dolía y quemaba a la noche, pero yo estaba tan contento y satisfecho que me eché un polvo* y quedé tan relajado que dormí hasta la mañana siguiente como un bendito.
Al día siguiente jugué con un equipo del club la final del campeonato que ganamos brillantemente y con fútbol de alto vuelo. Mi hermano, que es el mejor jugador del club, fue el que más voló, impulsado por las patadas que recibió de unos adversarios que después dicen que juegan para divertirse y antes del partido suelen andar a los besos. Tanto le han pegado a nuestro muchacho estos mediocres que si un funcionario de C.S.I. hubiese peritado las zapatillas de alguno de ellos, se podría determinar el ADN de mi hermano y hasta trazar su perfil psicológico, tal es la cantidad de patadas que asimiló.
Fruto de la brava final me llevé un buen raspón en la zona del codo, luego de una barrida temeraria que aró el suelo y lo dejó como para sembrar soja de segunda. Cómo me dolía y quemaba a la noche, pero yo estaba tan contento y satisfecho que me eché un polvo* y quedé tan relajado que dormí hasta la mañana siguiente como un bendito.
*Pervinox en polvo: desinfectante antiséptico anestésico. Laboratorios Phoenix.
11 Comments:
que va a ser..., ese.
lástima que el "polvo" haya sido solo de Pervinox, felicitaciones por el campeonato y extensivo a su hermano y demás compañeros.......o sea que ganaron por "robo"
sino, no lo cagarían tanto a patadas. Así funciona la envidia: te envidio, no puedo ser como vos, entonces te destruyo.
Así es don Germán, fue una especie de dream team, hace tiempo que no se ve a un campeón tan claro.
no era claro,era negro...
ellos, sí.
LOS PARTIDOS ERAN UN CABECITA DE TRES CONTRA TRES?
No. Están en la foto los tres mejores.
Ups! Ese que escribió parece Niembraaa! Y ud. Ruggeri, por la plancha. Se pone lindo. La polémica está instalada. Ponga una encuesta con contador como en Clarín.
Lo de "bonito fin de semana", es por Bonito Lunch?
te ganaste una yogurtera
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