martes, septiembre 29, 2009

DAR LA CARA EN LOS DISCOS

Hay artistas que, descontentos con su imagen, aparecen en las portadas de sus discos parcializados en cara o cuerpo, es decir, no dudan en cercenar las partes con las que no están de acuerdo y dejan algo de ellos para que el comprador reconozca a su ídolo cuando recorre las bateas de la disquería. Muchas veces ese corte puede surgir del productor del disco, o del gerente de la disquera, o del propio representante que le dice que es mejor preservar la imagen clásica que el pueblo tiene de ellos y ocultar aquellos aspectos que pudieran avejentarlo, como las arrugas, o engordarlo, como los rollos y las papadas. Así es que apenas quedan en la foto del álbum los ojos, que son la única sección del cuerpo humano, sin contar las uñas, que se mantiene incólume a lo largo de los años. Observemos el último disco de la gran cantante uruguaya Laura Canoura donde apenas se ve un ojo con su respectiva ceja, un pómulo que sugiere sonrisa y la otra ceja sin su respectivo ojo, lo mínimo para que, al verla, digamos ¡Laurita, un disco de Laurita! Y no ¡qué gordita está Laurita! Poca autoestima tienen los cantantes o, al menos, poco carácter como para animarse a decirle al funcionario de la discográfica o al encargado del arte de tapa, o a quien sea: yo aparezco con mis adiposidades localizadas, patas de gallo y doble o triple mentón y si no les gusta saquen un disco de Luciana Salazar, que es la mar de bonita pero que no puede cantar ni haciendo un playback de Nina Simone. Es cierto que presentar un disco con la foto de The Christian Crusaders (con Al Davies), o Brit Ness sería una innecesaria crueldad y podría condicionar la escucha posterior en detrimento de la apreciación de los valores artísticos de la grabación. Mercedes Sosa, en su último trabajo, muestra la mitad de su rostro como para que no se pueda decir que está gorda sino que está medio gorda. Afortunadamente no todos se quedan en las cuestiones accesorias y privilegian la escucha antes que el arte de la tapa. A Mercedes, antes que su imagen, lo que le menguó la calidad de su último disco de duetos fue la presencia lamentable de Marcela Morelo, Vicentico y Luciano Pereyra, entre ortos.
Los cantores masculinos acuden al recurso de tijeretear sus fotos para el disco cuando desean ocultar su calvicie, o disimularla, aun aquellos que sufren la alopecia desde tiempos remotos y son conocidos, precisamente, por su cráneo como pista de aeropuerto (Litto Nebbia). Hay que saber asumir la limitada cantidad de beneficios con que nos ha dotado la naturaleza al nacer, o bien, al envejecer. No todos pueden tener una imagen perfecta que se corresponda con lo sublime de su arte como ocurre con George Harrison o Kate Bush. Generalmente falta una o ambas cosas. Cuando el músico no está de acuerdo con su jeta o su físico lo mejor es que ponga o haga poner en la tapa un dibujo, la foto de un paisaje o una modelo en pelota viva como hacía Fausto Papetti. Gracias a ello nos deteníamos en su sector de bateas para ver a las chicas lindas con un criterio exclusivamente onanista.








2 Comments:

Blogger bonito lunch said...

mucho peor es el disco de petinatto que se le ve el pitito xs.

4:40 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

eso es dignidad, bancarse el pitulín minimalista

4:48 p. m.  

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