martes, agosto 19, 2008


ALMENDRA EN EL ASTRAL

El concierto de Almendra fue el primero al que asistí en mi vida. En el año 1970 se llamaba recital y tampoco se decía banda sino conjunto. Fui con unos amigos desde mi barrio de la provincia de Buenos Aires hasta el teatro Astral en la que hoy es Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero en esas décadas se mentaba Capital Federal. En aquel recital participaba, a manera de grupo soporte, que no se llamaba así sino de ninguna manera, una agrupación de desafortunada actuación, no tanto en orden a su performance artística, que no recuerdo bien, sino por su nula entrada emocional entre el público, por la escasa empatía que despertó en la concurrencia, sedienta de Luis Alberto, Edelmiro, Emilio y Rodolfo, bah, los primeros Beatles nacionales. Volaron desde la platea tomates, lechugas y otras diversas verduras de hoja. Tres integrantes del conjunto, que se llamaba Análisis, optaron por hacer mutis por el foro, retirarse por donde habían venido. Uno de ellos, el cantor y guitarrista, un joven carilindo y pintiparado llamado José Luis Rodriguez, que años más tarde se haría célebre con el sobrenombre artístico de Silvestre, cantor de baladas boludas, se quedó unos pocos minutos sobre el tablado defendiendo a pura dignidad su número artístico. Pero eso duró hasta que el escenario se convirtió en una huerta, o mejor, en frutería-verdulería porque los vegetales ya no estaban in terram. Al fin optó por imitar la conducta de sus compañeros no sin antes pronunciar una frase que nos quedó grabada:
…Y EN BIAFRA SE ESTÁN MURIENDO DE HAMBRE
En efecto, en esa época existía una tremenda hambruna en el país africano y cada vez que en la Argentina se desperdiciaba la comida, o se la ingería en exceso, alguien pronunciaba el pensamiento tópico
…Y en Biafra se están muriendo de hambre.
Gracias a la intolerancia del público arrojaverduras se hubo de adelantar la presentación de Almendra que inauguró su recital con la extraordinaria canción Ana no duerme. Un comienzo sencillito. Hacía poco que los músicos de Belgrano habían sacado el segundo long-play, que así se llamaban los discos en aquellos tiempos, y hoy carecen de nombre porque no tienen soporte material sino virtual. El disco era doble y presentaba algunos temas de una ópera inconclusa, en tiempos en que comenzaban a ponerse de moda las llamadas óperas-rock. Pero no la pudieron terminar porque se separaron. Por supuesto que tocaron Muchacha (ojos de papel), Fermín, A estos hombres tristes y otras canciones perfectas. Ese día decidimos con mis amigos formar un conjunto de rock (una banda), que se llamaría Prokrout Bell y que compondría y ejecutaría mucha de la música más… Pero eso da para otra historia.

5 Comments:

Blogger edu, desde el barrio, said...

Luis Alte Brown ya cumplió 58 pirulos. (Y en Biafra se siguen muriendo de hambre, no?)
Recuerda "Para ir"?

3:06 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

que tu cuerpo al menos esté limpio, para iiiiiir

5:04 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

que tu cuerpo al menos esté limpio, para iiiiiir

5:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo fui a ese recital.

Me acuerdo que mi mamá no me quería dejar ir por ser yo muy impúber.

Al final me dejó si me llevaba mi hermano Julio que era mayor y le gustaba Elder Barber.

Fernando

3:41 p. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Yo tenía un hermano que no quiso ir porque prefería a Palito Ortega (la canción Bonito Amor era su favorita)

4:57 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

resumen de noticiasviajes y turismo
contador web