UN DIA SIN FICCION
En Estados Unidos una huelga de guionistas ha paralizado la filmación de sus famosas series. En la República Argentina un paro de la asociación de actores impide que la gente pueda continuar viendo populares programas de televisión como Son de Fierro o Lalola. En todas partes escucho que la ficción está de huelga. ¿Se puede seguir viviendo cuando la ficción está de huelga? Podríamos hacer la prueba.
Me pregunta el candidato a comprador:
-¿El baño está en buen estado?
-Y, si se fija, los azulejos son los de vidrio del año cincuenta. Opalina. Eso nos haría deducir que los caños son los viejos de plomo.
-Y eso es grave.
-Y… Las cañerías de plomo tienen su vida útil.
-Ajá. ¿Y usted cree que estos caños ya pasaron su vida útil?.
-Para mí que, no sólo la pasaron sino que ya están para terapia intensiva de Pami.
-¿Y esta mancha de humedad en el techo de la cocina?
-Ah, si. Un caño roto de la cocina de arriba.
-Ah, sí. En la inmobiliaria me dijeron que lo iban a arreglar.
-Ah, sí.
-¿Usted sabe cuándo?
-Bueno, conociendo cómo se manejan las administraciones de edificios en Providencia, calcule que va a estar reparado cuando usted esté en condiciones de mantener una conversación, por el agujero, con su vecino de arriba.
-¡No!
-Si, y lo peor es que… ¡cara a cara!
-¿No notó usted, don Julio, que el piso del living está como levantado?
-Si, lo noté.
-¡Y a qué puede obedecer?
-Vea, la proximidad de los eucaliptos de las veredas muchas veces ha provocado que las raíces se extiendan y lleguen hasta los propios cimientos de los inmuebles.
-¡Y acá pudo haber pasado eso?
-Tranquilamente. Conozco el caso de un señor, que vivía en esta misma calle, que cierta vez fue al baño a evacuar y, cuando se sentó en el trono, una raíz se le introdujo por el orificio anal.
-¡Pero eso es un horror!
-Depende.
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El martillero Arizmendis no podía entender cómo es que se escapó una venta que todos en la inmobiliaria creían ya cerrada.
-No entiendo, Julio, no entiendo. Me quiero morir. El hombre había visto ya dos veces el departamento y le venía de perlas porque era planta baja, justo lo que necesitaba para su anciana viejecita. Yo ya esperaba la seña. ¡No se no nos pueden caer estas operaciones! Para mí que vos estas boludeando mucho últimamente y no te ponés las pilas.
-Bueno, Roberto, a veces ocurre que las operaciones se caen. Hay que ser realistas.
1 Comments:
¡aguante la ficción!
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