lunes, octubre 24, 2011

RAYUELA ELECTORAL

Voté en el colegio donde aprendí mis primeras letras que no fueron otras que la eme,la i,la a y la e. Suficientes, ellas, para que pudiese formar la edípica frase mi mamá me mima, a unos metros de donde ahora esperaba mi turno para votar en la agencia de colocaciones 2011 que designará becarios y ñoquis para los próximos años. Y desde mi posición, en los angostos pasillos de mi escuela, pude ver el hoy deteriorado patio donde jugué mis primeros juegos. Ahora está más pequeño que cuando solía pisotearlo con mis gomycuer de punta carcomida. 50 años después, sin embargo, me fue dado encontrar un gran avance en comparación con mis años de huérfano purrete: ahora la pista de rayuela está pintada con pintura de colores y no es necesario, como antaño, llevarse de contrabando la tiza que formaba parte del inventario del aula. Allí, en esas canchas de rayuela, que duraban apenas un recreo fui testigo de los grandes descubrimientos que hicieron más bello el juego de llegar al cielo dando saltitos. Uno de ellos fue el uso de la cadenita para arrojarla en los distintos casilleros numerados en lugar de la clásica piedrita. La cadenita, al entrar en contacto con el piso, se detiene inmediatamente y no rebota ni se desliza como la mayoría de los demás objetos que hay en el planeta. De esa manera no se pierde un turno y se avanza con paso seguro siempre que tu equilibrio sea adecuado. Cuando lo vi, puesto en práctica por un alumno que era un grado mayor que yo y que se llamaba José Manuel, me dije: tengo que conseguir una cadenita a como dé lugar. Y aquella que en mi baño retenía la tapa de goma que sirve para obturar el bidet cuando uno se quiere lavar las patas fue arrancada y removida como quizás lo hicieron nuestros patriotas con aquellas más grandes y pesadas que sojuzgaban nuestra tierra bajo el yugo realista. Así pude jugar rayuela con esa hermosa cadenita del bidet que ayudó a mejorar notablemente mi juego. Emití mi voto y saludé a mis compañeros de letra que aun esperaban en la fiesta de la democracia que vemos a través de la ventana.

3 Comments:

Blogger La condesa sangrienta said...

No conocía el truco de la cadenita ¡con razón se me hizo tan difícil alcanzar el cielo!
(Y no me hable de la fiesta de la democracia, que todavía me dura la resaca, quiere?)
Un beso Yulai!

2:07 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Para llegar al cielo hay que ser listo, o sino, un mequetrefe como yo que supo copiar al listo.
Qué alegría, Condesita, vos por acá!

9:36 a. m.  
Blogger edu, desde el barrio, said...

Sabe? a mi me pasó lo mismo en el Riva. Pero por ahi no es que el patio está más chico, sino que el Pais está más grande.Digo...

2:36 p. m.  

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