miércoles, octubre 17, 2012

EL DORMILÓN El hombre que duerme como un bebé, a quien llamaremos Ricardito Alfonsín, se la pasó dándole al ojo mientras los vidrios del bus nos regalaban los paisajes más hermosos de los Pirineos . ¿Para qué se gastó Ricardito fortunas en un viaje, enojando a los funcionarios del modelo, si la pasó roncando la mayor parte del tiempo? Está bien que a veces el sonsonete de la guía española podía ser un tanto monótono después de varias horas. Y que dormir es la mejor manera de disimular cuando necesitás con urgencia number one y number two. Yo movía la cabeza a izquierda y derecha, según de donde proviniesen las linduras, y cuando lo hacía a la siniestra me encontraba, justo debajo del paisaje, con una cabeza babeante, a la que cercenaba mentalmente por el bien de las Bellezas del mundo.
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