martes, julio 22, 2008

CONSECUENCIAS DE UN PELOTAZO EN LA JETA
El domingo nuestro grupo de futbolistas veteranos estrenó pelota, una rutilante Nike redondita como bolita, que te hacía perder baba por las comisuras, eso sí, dura como un balón de básquet congelado. Algunos pidieron desinflarla pero enseguida fueron tachados de putos. Aguanten, carajo. Y si no vayan a jugar con la plastibol del nieto. Ya iniciada la brega, un jugador pateó violentamente pero en forma defectuosa y el útil terminó impactando en el medio de mi nariz. Perdí el conocimiento por unos segundos y cuando lo recuperé me sentía confuso, egresaba (manaba) harta sangre de mi nariz, tenía visión doble y estaba mareado. Me costó recuperarme. Todo el resto del día anduve a los tumbos, con pequeñas amnesias e isquemias leves, náuseas, salida de humor acuoso por las narinas, ataques de pánico, ligeros temblores en manos y piernas, visión borrosa y meteorismo indisimulable. Luego de la siesta encendí el televisor y busqué con el mando a distancia alguna película linda para ver. Me prendí con una dirigida por Palito Ortega, guionada por Victor Sueyro y actuada por Carlos Monzón. Amigos para la Aventura se llamaba la cinta estrenada en 1978. Ortega, que también participaba del elenco, canta en el filme una canción que se inscribe en la segunda etapa de su arte compositivo, en la que había abandonado definitivamente el sonido nuevaolero propio del twist para enrolarse en los géneros musicales que por esos tiempos predominaban entre nuestra juventud: la disco, con esos tambores sintetizados que hacían ¡piiiin!, pero también el rock y el folk.. Precisamente la canción de marras, una triste balada que bien podría haber cantado Bob Dylan (para después suicidarse), estaba referida a aquellos compatriotas que habían optado por el camino de la violencia. El futuro gobernador de Tucumán, lejos de denostarlos o defenestrarlos (recordemos que en alguno de sus temas ordenaba a cierto grupo social que se tirase al río en la parte más profunda), los comprendía y echaba sobre ellos una mirada de misericordia que se contradice con un supuesto colaboracionismo ideológico del artista con los gobiernos militares, del que muchas veces se lo acusó justamente. También se le criticó el haber formado una productora cinematográfica (Chango) con el objeto de filmar películas para el ensalzamiento de las fuerzas armadas y de seguridad que por esos tiempos mandaban en el país sin la ayuda de la carta magna. Analicemos la poética de esta tonadilla:
Pobre de esa gente que no sabe a dónde va/los que se alejaron de la luz de la verdad/esos que dejaron de creer también en Dios/los que renunciaron a la palabra amor./ Pobre de esa gente que olvidó su religión/esos que a la vida no le dan ningún valor/los que confundieron la palabra libertad/los que se quedaron para siempre en soledad.
En un principio creí ver en su lírica que el changuito cañero, lejos de pedir castigos ejemplares o condenas sumarísimas, se compadecía de los delincuentes y los mentaba pobres. Pero después de un análisis más medular sospeché que la expresión “pobres” se llevaba mejor con la idea de formular una amenaza del tipo de las que hacían nuestros mayores cuando éramos purretes: ¡pobre de vos si me venís con amonestaciones!, que encerraban una advertencia explícita de punición física.
A la noche ya me sentía mejor.

Me acordé de una anécdota acaecida en la misma cancha hace algunos años: un muchacho se había desmayado, no recuerdo si por un pelotazo, una patada o una trompada. Cuando recuperó el conocimiento, otro jugador, que era médico, envolvió con sus palmas las mejillas del desgraciado y le preguntó cómo se llamaba con el fin de verificar si era consciente de las circunstancias de tiempo y de lugar. Todos menos el damnificado se apresuraron a decir a coro:
-¡José!
-Le pregunto a él, pelotudos –aclaró el doctor-.

3 Comments:

Blogger Unknown said...

Perdon por mi ignorancia:

Un bochazo en la jeta trae meteorismo?

Eso no lo vi ni en Dr. House.

8:09 a. m.  
Blogger estejulioesuno said...

Si, porque la pelota me cayó como un meteorito.

9:35 a. m.  
Blogger EMECEACHE said...

la ignorancia de no saber parar un
pelotazo con la nariz provoca
meteorismo,como asi tambien perdida de la memoria y no me acuerdo q mas

9:22 a. m.  

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