LOS TRES CHINOS
No me costó demasiado entenderme con el chino que quería alquilar un local para instalar un supermercado chino (no va a ser noruego). Johnny, que así se llama el oriental, entiende perfectamente el castellano, conoce las leyes argentinas y, debo confesarlo, sabe más que yo de cuestiones relacionadas con habilitaciones municipales, burocracia y coimas a funcionarios. Que diga telenta en vez de treinta no es óbice para que yo comprenda perfectamente el sentido de lo que quiso decir (30). Mete mucho en su discurso la palabra quilombo que se ve que le suena lindo (¿se escribirá qui long bo?) Al principio parecía un poco seco pero después de la primera reunión pudimos derribar la muralla (china) de desconfianza. Eso no quiere decir que no cuide el mango como el que más y que no luche por obtener un precio irrisorio para su futuro alquiler. La dueña de la propiedad, mujer mayor y desconfiada, no estaba muy convencida, al principio, de alquilarle a un chino. Decía tener miedo de que la perjudicase. Claro, porque los argentinos no perjudican a nadie. Para resumir, pero resumir mucho, un día antes de firmar el contrato se aparece el chino con rostro de pánico diciendo que ese día le tenían que entregar el documento nacional de identidad pero que se lo patearon para dentro de tres meses. Atiza. Sin papeles no se podía firmar el contrato de locación. Propuso a otro chino que sí tenía la documentación en regla. Pero que no sabía hablar una pepa de castellano. Cuando Johnny me lo presentó le dije mucho gusto y el chino nuevo tuvo que mirar al primero para que le tradujese. Dios sabe lo que costó que la dueña aceptara el cambio de chino por uno que ni siquiera sabía decir quilombo. Hasta que la vieja aceptó el chino caminaba por las paredes. El día de la firma debían presentarse entonces tres chinos: Johnny, es decir, el chino originario, el chino que no hablaba castellano pero tenía papeles y el chino garante-codeudor-fiador. Un poco retrasado apareció Johnny acompañado por el chino number two, pero sin el garante-codeudor-fiador, a quien llamaremos chino number three.
-¿Y el garante? –le pregunté al borde del síndrome de China-.
-No vino, tuvo que viajar a China.
-¿Y ahora qué hacemos? –repregunté, presa de la Confucio-n
La dueña del local temblaba, yo babeaba hasta que hizo su entrada una elegante señora china de cincuenta años aproximadamente.
-La aporerara –dijo Johnny con aire de suficiencia.
Cuando dijo la aporerara todos suspiramos. La dama oriental era la aporerara venía a reemplazar al chino number three. El contrato se podía firmar.
No, no se podía firmar un carajo. El poder no estaba legalizado.
-¿Y el garante? –le pregunté al borde del síndrome de China-.
-No vino, tuvo que viajar a China.
-¿Y ahora qué hacemos? –repregunté, presa de la Confucio-n
La dueña del local temblaba, yo babeaba hasta que hizo su entrada una elegante señora china de cincuenta años aproximadamente.
-La aporerara –dijo Johnny con aire de suficiencia.
Cuando dijo la aporerara todos suspiramos. La dama oriental era la aporerara venía a reemplazar al chino number three. El contrato se podía firmar.
No, no se podía firmar un carajo. El poder no estaba legalizado.
13 Comments:
voçe sabe que eu sempre olho seus posts. mais nao sempre tenho pra comentar.
o que eu quería falar pra voçe era que tenho un blog novo que se chama
bonito lunch vol 2
y que paso al final con los chinos....????' LLego csualmente a este blog, me prendo en el Cuento Chino, y no puedo saber el final de la historia,,,Y ademas aparece este bonito lunch que no se que quiere...oh, my god
Con los chinos no se jode, julito. Ya comenzaron desenchufando la heladera a la noche para que nos caguemos la vida entera comiendo lácteos. Qué nos deparará el porvenir...
Además le ponen líquido de frenos a los jarabes para la tos. Solución a) cuidarse el pechito
Solución b) no tener auto
Sr Adivinador: el desenlace de esta descacharrante hisotria real está al caer. Tenga pacencia.
hisotria no, historia.
El chino de mi barrio tiene una asquerosa uña larga en el meñique. Dice que es para cortar el plástico de los packs (lo hace con escalofriante precisión) pero sospecho que es su arma mortal...
Sr. Adivinador tenga paciencia porque Yulai se toma su tiempo para contar (pero si es cierto su nick, no tendría que andar preguntando).
Muy bueno el Blog Julio, mi primer visita... y además me encuentro aquí con el compañero Adivinador y la Condesa!! pero que casualidad.
julito, usté que está en la pomada, que está en el humo (je), me puede decir la nueva dirección del blog del lunchero, que el muy guacho lo sacó del blog viejo?
Mercí bocú.
Pretty almuerzo apretó un botón que no era y se le pudrió el blog así que tuvo que abrir otro que se llama Escuchá ese olor volumen dos, en un alarde de ingenio que pasma. Lo que hice para entrar es hacer clic en uno de los comentarios que hace acá y donde dice perfil hay dos blogs: escuchá ese olor y escuchá ese olor vol. 2, ambos en azulcito. Hacé clic en Vol. 2 y así entrás. Eso sí, te insume hora, hora y media fácil, pero otro método por ahora no conozco.
Che, no sean quejosos. Pique aquí roedor
http://escucheseolorvol2.blogspot.com/
Hola Pasquín!
Así había entrado yo todas las veces antes, julito, soy retrasado pero todavía me funciona la neurona que no se ocupa de encestar, che...
El asunto es que ayer entré y no me aparecía el acceso al perfil. Ahora yastá. Voy a cambiar el link en mi blog.
Gracias, countess. Como verá, no sólo al samurai le da por la dislexia tipeadora...
Doctor, a ver cuando firma lo de los chinos, que tengo a la "kia" desespereti por las pelas. Espero ansioso las nuevas entregas de la saga.Vale, venga.Andonito
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