HIJOPUTA En el parador de un pueblecito cercano a Barcelona encontramos unas coloridas botellitas de un licor marca HIJOPUTA. Marca a la que las autoridades competentes de la Unión Europea le niegan el registro por lo injuriosa y ofensiva que les parece la palabra PUTA. El señor Cortés del Valle, dueño de la licorería (y de la marca), justifica tan inusual nombre refiriendo la historia de un muchacho de su barrio, que cuando bebía uno de esos líquidos fuertes, una vez que le quemaba todo por dentro, desde el estómago a la cabeza, bramaba de placer y profería la frase: ¡Qué bueno que está el HIJOPUTA! Era su forma de elogiar la calidad del aguardiente. Pero la Unión Europea sigue negando el registro por ser la expresión HIJOPUTA contraria a las buenas costumbres. Pero el señor Cortés del Valle no parece excesivamente preocupado porque tiene otras marcas que de alguna forma parecieran remedar a Groucho Marx y decir: “Esta es mi marca. Si no le gusta, tengo otras” En efecto, don Del Valle tiene un licor llamado pacharán, cuya marca es QUE TE DEN POR EL CULO y otro en base a derivados de la leche llamado DON PEDO, LICOR PARA MIERDA. Las fotos no me dejan mentir, todo es verdad aunque usted no lo crea. Bueno, os dejo, me voy a beber un licorcito y se va todo a la remil concha de la lora.

UN DÍA EN MI PLAYA Un día enfilamos, mi pareja y yo, nuestros pasos rumbo a Galicia. Hay un pueblecito en la provincia de Pontevedra, comarca de Vigo, que se llama Baiona. Baiona es célebre en España porque allí el marino Martín Alonso Pinzón anotició por primera vez a Europa que había descubierto el nuevo mundo. El, como hemos aprendido en primero inferior, era parte de la empresa del navegante genovés C. Colón. Ambos, Colón y Pinzón, volvían a Europa de su viaje descubridor en buques diferentes, cuando se produjo una tormenta brava y las carabelas de ambos quedaron distanciadas. Quiso el destino, gracias al fenómeno meteorológico, que llegara primero al continente don Martín A. Pinzón, natural de Palos de la Frontera. Y le ganó de mano a Colón que llegó más tarde a Portugal. Así que la primicia la dio el distinguido navegante palermo (así se les llama a los naturales de Palos. Esa no la sabía). Pero lo que me interesa destacar es que en Baiona hay una playa que lleva mi apellido. Hacia allí fui a sentar mis reales, primero, y luego a iniciar gestiones para que fuesen reconocidos mis legítimos títulos y mis derechos por el uso sin autorización de mi apellido, si ello correspondiere. Pero justo era sábado y todas las oficinas públicas estaban cerradas. Igual pasamos un día magnífico en la playa que lleva mi apellido, el de mis hermanos, mis sobrinos, e incluso el de mi mujer, a la que le gusta llevarlo.

LA CASA DE LA TIA MIMI La casa donde vivió John Lennon con su tía y su tío en un barrio de Liverpool llamado Woolton. La tía se llamaba Mimi y se hizo cargo de John cuando la madre se separó y se fue a vivir con otro hombre. El beatle vivió allí desde 1945 hasta 1963, cuando ya era famoso. Se mudó de esa casa recién cuando su novia Cynthia quedó embarazada y se fueron a vivir juntos. La tía Mimi era estricta pero amaba a John, aunque no le entusiasmaban nada los afanes musicales de su sobrino. Y siempre le recomendaba que se dedicara a algo útil. La habitación de John es la que tiene la ventana arriba de la puerta de entrada. Después, tía Mimi, tío George y John pasaron a vivir en la planta baja porque tuvieron que alquilar a estudiantes las habitaciones de la planta alta para obtener unas libras extra. Ahora la casa pertenece al National Trust, una institución que preserva lugares e inmuebles históricos. La mamá de John se llamaba como la mía: Julia. Y le compuso una canción maravillosa que se llama Julia.

EL DORMILÓN El hombre que duerme como un bebé, a quien llamaremos Ricardito Alfonsín, se la pasó dándole al ojo mientras los vidrios del bus nos regalaban los paisajes más hermosos de los Pirineos . ¿Para qué se gastó Ricardito fortunas en un viaje, enojando a los funcionarios del modelo, si la pasó roncando la mayor parte del tiempo? Está bien que a veces el sonsonete de la guía española podía ser un tanto monótono después de varias horas. Y que dormir es la mejor manera de disimular cuando necesitás con urgencia number one y number two. Yo movía la cabeza a izquierda y derecha, según de donde proviniesen las linduras, y cuando lo hacía a la siniestra me encontraba, justo debajo del paisaje, con una cabeza babeante, a la que cercenaba mentalmente por el bien de las Bellezas del mundo.

LOS CANDADOS DEL AMOR Ah, el amor (L’amour). Me sentía amoroso y fragante como Pepe Le Pew. Pasamos en París (Francia) por uno de los famosos puentes sobre el río Sena, el Notre-Dame, donde la gente enamorada suele colgar sus candados como parte de una tradición reciente. Es así: las parejas de enamorados suelen dejar un candado fijado a la barandilla y arrojan la llave al Sena como una promesa de amor eterno. La costumbre viene de una novela de un italiano llamado Federico Moccia cuyo título es Ho voglia di te (Tengo ganas de ti). Este tanito imaginó a la pareja de su historia sellando su amor mediante la colocación de un candado en el puente Milvio de Roma. Y así nació esta incipiente costumbre de colgar los candados en las barandillas de los puentes y arrojar las llaves al río. Caminábamos por el puente parisiense tomados de la mano con mi señora. Ver los candados y mirarnos a los ojos fue una única y misma cosa. Tenemos que conseguir un candado, nos dijimos al unísono, la valija roja corre riesgo de ser abierta si no le ponemos un buen cerrojo. Seguimos caminando por el bello puente Notre-Dame con la convicción de las parejas enamoradas y no exentas de practicidad.

MI MUJER CON FONDO DE LOS CAMIONES QUE PASA NUESTRO BUS A veces las horas continuadas arriba de un bus se hacen tediosas. Especialmente cuando el paisaje decae y se vuelve llano y monótono como la pampa. La guía del tour interrumpió su verborrea repleta de datos interesantísimos de la historia universal y otros irrelevantes, propios del eurocentrismo de los europeos. Entonces, de puro aburrido, me puse a fotografiar a mi mujer mientras el bus pasaba a los camiones de carga multicolores que llenan las rutas de la Unión Europea. Y eso dio origen a este collage fotográfico que he titulado “Mi mujer con fondo de los camiones que pasa nuestro bus.”

EL GUÍA (THE GUIDE) En esta foto sacada con mi moderna Yashica, el guía y el chofer del Magical Mistery Tour en Liverpool aguardan a que los turistas saquen fotos de Strawberry Field y se lleven hojitas de sus árboles. El guía es el flaco de la izquierda, un cuarentón cancherito, bromista y bastante agradable. Como corresponde sabe todo de Los Beatles. No cualquiera puede hacer el trabajo. Tiene que saber todo y más. Y lo sabe. Pero cierto profesionalismo rutinario, como que hace su trabajo de taquito, le quita brillo. Los fans de Los Beatles, los beatlemaníacos (feo término) exigimos en los guías conocimientos pero también amor y pasión. Deben exteriorizar en sus gestos y actitud que su labor, aunque rentada, es vocación pura. Pero en un momento el hombre delgado sacó de su bolsillo un blackberry y mostró una foto donde aparecía junto a Paul Mc Cartney. Acto seguido comenzó a darle besitos a su celular en el lado donde aparecía la imagen, como si fuera propiamente una fan adolescente de Luis Miguel (perdón por la comparación) Con eso bastó para dar por cumplida la prueba de la pureza. El inglesito era uno de nosotros.

LA CASA DE GEORGE En la casa de la izquierda vivió George durante su infancia. Es una casa humilde donde el gran guitarrista seguramente sufrió la agresión de la pobreza. Sin embargo, las más brutales agresiones las sufrió en grandes mansiones. Primero la agresión del loco que lo acuchilló a traición y después la del cáncer. La agresión de la pobreza se puede combatir. Por ejemplo, tocando la guitarra. Nota: Obsérvese que, gracias al reflejo que nos regala la oportuna ventana de la casa de al lado, en la foto aparecen tanto el objeto fotografiado como el sujeto fotografiante.¡Notable!

DIGAN WHISKY Mi esposa le toma una foto con el fondo del bus de Magical Mistery Tour a una señorita norteamericana que se lo ha pedido porque viaja sola. Mi inveterada timidez, cortedad, apocamiento, pusilanimidad o fobia social hizo posible que desarrollara a la perfección la toma de fotos sin ayuda de la mano humana. Preparo la cámara para que me espere diez segundos a que me ponga en pose y recién entonces ella solita hace ¡clic! Pero cada vez que me encuentro armando el operativo, que incluye colocar la máquina en alguna superficie horizontal y a la distancia correcta para que capte nuestros cuerpos y no los ampute, se aparece alguna persona solícita que siente conmiseración por nuestra imposibilidad (no lamentada) de sacar una foto según el rito clásico de que haya alguien detrás de la cámara que diga digan whisky. Y se ofrece para sacarnos la foto. Y para no ofenderlo yo acepto ser fotografiado a la usanza tradicional. Pero a veces el comedido no sabe dónde apretar o me saca la foto movida. Si yo no le he pedido nada, era feliz preparando mi retrato automático sin nadie que diga digan whisky. Pero, en fin, uno vive dentro de una sociedad.

PENNY LANE Casi todos los negocios de la calle Penny Lane, en Liverpool, se llaman Penny Lane. Es lógico ya que la calle Penny Lane tiene el nombre de una de las canciones más universalmente famosas de los Beatles. Si yo fuera a poner una verdulería en una calle llamada Gargiulo es difícil que le pusiera Verdulería Gargiulo. Pero si la calle se llamara, por ejemplo, Malena, sin duda que le pondría al comercio Verdulería Malena y no La radicheta coqueta. Obviously. Justo es decir que, aunque la calle de Liverpool parece tener un bonito nombre de mujer en realidad homenajea a un señor apellidado Penny que se dedicaba al comercio de esclavos. Por eso el concejo deliberante de allá -o como se llame en Liverpool a la logia de ñoquis- muchas veces quiso cambiarle el nombre. Hasta que Paul creó la preciosa canción y los concejales no volvieron a insistir con el tema.

LOS QUARRYMEN Antes de que Los Beatles fueran Los Beatles fueron los Quarrymen. Primero con John y otros muchachos, y después se sumaron Paul y George. En el año 1957 las autoridades ecleseásticas les dejaron libre el jardín de la iglesia St Peter, en Liverpool, para que tocaran en un festival. Agarrá por ahí, se entra por el costadito. Diez años después si le pedíamos al curita de nuestro barrio, el querido padre Reyna, la vereda de la parroquia para tocar nuestra música, es muy posible que hubiese llamado a la policía y a las fuerzas armadas por tan osada y cuasi subversiva solicitud. Mentalidades de primer y tercer mundo.

DERROTA DEL GETAFE Esperábamos en el aeropuerto de Vigo cuando aparecieron, uno a uno, los jugadores de Getafe que un rato antes habían perdido con el Celta por 2 a 1 en el estadio Balaídos de la hermosa ciudad gallega. Se veía a los muchachos madrileños apesadumbrados, tristes por la derrota. Y hablando por celular todo el tiempo como hacen todos los jugadores del mundo. Los dirigentes, por su parte, caminaban de aquí para allá y las caras de los compungidos futbolistas eran las adecuadas a las circunstancias. Pero cuando no había ninguna autoridad cerca los jóvenes players se hacían bromitas y se reían tapándose la boca. Es que la derrota, vamos, se les importaba un ardite. Igual que acá. Qué problema hay con perder si a fin de mes igual está el checonato.

SENTIMENTAL JOURNEY En nuestra gira mágica y misteriosa por Liverpool (Reino Unido) pasamos por el 93 de High Park Street donde hay un edificio que fue fotografiado para la tapa del primer disco solista de Ringo, en 1970. El excelente long-play se llama Sentimental Journey (Viaje sentimental). El lugar es un pub llamado The empress in Dingle. Le saqué una fotito con mi inquieta Minolta y comparando la foto del álbum (la de la derecha) con la mía (la de la izquierda), y teniendo en cuenta que hay una diferencia temporal de cuarenta y dos años entre una y otra, vemos que el edificio se mantiene casi igual. Lo único que la leyenda “The Empress” está bastante hecha pelota. Igual, en el disco, estaba tapada por el título “Sentimental Journey”. Otra diferencia es que actualmente podemos observar un par de antenas satelitales que en el inicio de la séptima década del siglo pasado no existían. Por lo demás parece que no hubiese pasado el tiempo.