viernes, mayo 28, 2010


HOMENAJE A UN AMIGO QUE EL DOMINGO VA A CORRER UNA MARATÓN
Esto me cuenta un amigo de mi misma edad que el domingo va a correr una maratón. Abro comillas:
-Uno va por ahí haciendo y diciendo cosas y, según los lugares y las circunstancias, son las cosas que uno dice y hace. Y a veces un buen vino o un whiskito y alguien que comenta que "Vamos a auspiciar la media maratón de Buenos Aires... jojojó" y otro que contesta "pero muy bien, qué importante, jojojó" y uno que pregunta "¿y dónde es eso?", "en el Rosedal, larga de ahí", y uno que dice "jojojó, pero me queda cerca de casa, jojojó y ¿cuántos quilómetros hay que correr?", "21, te contestan pero hay un recorrido más corto de 9" y uno que sigue metiéndose en el barro de la propia bobería "pero bueno jojojó, si es nuestra maratón yo la corro jojojó", y todos que festejan "muy bien, muy bien, jojojó", y lo que festejan es que este viejo boludo se tome unos whiskys y se anote en cualquier pelotudez, pero reconocen cierto rasgo simpático y optimista en el viejo, y entonces uno se va a su casa y la llama a S. por teléfono y "hola ¿como andás?" "bien, amorrr y vos (que soy yo)", "bien, jojojó, adiviná que voy a hacer?", y pueden imaginarse la cara del otro lado del teléfono, cara de ¿y ahora a éste qué se le ocurrió hacer? "¿no sé, qué vas a hacer amorrr?", "correr una maratón jojoijó", y ella "qué bien amor, pero mirá que el esposo de la peluquera que era joven, vegetariano y se entrena en maratones desde que aprendió a caminar se murió de un infarto corriendo ayer a la tarde", y ahí empieza uno a despabilarse y a ver si tiene zapatillas, si tiene calzas, ropa, revuelve armarios, llama a su hermano médico "hola doctor, ¿es verdad que si salgo a correr una maratón me puedo morir?", "no G., pero si te sentís mal pará de correr para ese lado y corré para el otro, para donde haya un hospital y llamá a tu cardiólogo", y uno sigue revolviendo el placard y levantándose temprano para entrenarse y a medir distancias y habla con el cardiólogo "hola doctor, quiero correr una maratón jojojo ¿ves algún inconveniente?" "pero vos estás locooo?, primero me venís a ver y después te vas a hacer ecografías y ecocardioDrama" y uno sigue, que corro que no corro, que como que no como, que ¿porqué morfé como un animal y me tomé todo si soy un atleta en ciernes? que los estudios, que blabla, hasta que llegan las vísperas y anoche me habla una amiga y le cuento y me pregunta ¿"en cuánto hacés los nueve quilómetros" y respondo "en 63.37 minutos jojojó", y ella, la muy arpía, envidiosa, celosa porque primero le dije que no puedo ir a tomar el vodka que me propone porque estoy en la cama-porque me acuesto temprano-porque me voy a entrenar-porque voy a correr una maratón-y por eso además no tomo alcohol, contesta "juajuajuajua !!!!!!!!!! ¿una hora para correr nueve kilómetros??? yo los hago en 35 ... bah 40..."
Cierro comillas. Cuando finalizó la batalla de Maratón ordenaron a Filípides, el soldado más rápido del regimiento, que corriera a Atenas a anunciar la victoria de los griegos sobre los persas en la ciudad de Maratón. El hombre corrió unos 42 quilómetros y al llegar a Atenas informó a grito pelado: ¡Hemos Vencido! Ahí nomás palmó. Por suerte mi amigo tiene una buena obra social.

martes, mayo 25, 2010


HOMENAJE A LOS HERMANOS

Diego Milito obtuvo el trofeo mayor de la Champions League con su equipo el Internazionale de Milano, además convirtió los dos goles en la final y luego se integró a la selección argentina como parte del plantel de 23 que irán al mundial de Sudáfrica. Su hermano Gabriel, que juega en Barcelona de España, quedó afuera de dicho seleccionado. Esteban Cambiasso, también campeón en el Inter, quedó afuera de la selección mientras que su hermano Nicolás ascendió a la primera categoría del fútbol argentino luego de golear a Rosario Central por 3 a 0. Gonzalo Higuain jugador del Real Madrid integra también la lista de la selección mundialista y su hermano Federico, que hizo una gran campaña en Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza, fue transferido al club Newells Old Boys de Rosario. Nicolás Burdisso es otro de los incluídos entre los 23 jugadores que irán al mundial y todo indica que será titular si recordamos la horripilante actuación de Demichelis en la final de la Champions League. El hermano de Nicolás, Guillermo se fue al descenso con Rosario Central. Es la vida misma: unos más y otros menos. Ahora bien, ¿Significa esto que Diego le dirá a su hermano Gabriel: che, comprate un plasma para verme por tevé? ¿O que Nicolás le dirá a Esteban: che, vamos a ver el mundial sentados a la misma mesa? ¿o que Nicolás le cantará a Guillermo; se van para la be, se van para la be? No, Todo lo contrario, cuando los hermanos son unidos la fortuna de uno es celebrada por el otro como si fuese propia y la caída de uno supone para el otro una tristeza de similar intensidad. Hay excepciones al amor filial: dos jugadores de primera, hermanos ellos, se negaron a aparecer en un reportaje conjunto del diario deportivo Olé para el último partido del campeonato, porque están distanciados. Dos hermanos de mi conocimiento, cuando eran niños se pelearon por el último pedazo de pan con manteca y uno le clavó al otro el cuchillo con todo y pan cuando aproximó su mano al plato para quedarse con el alimento agónico. El gran escritor William E. Hudson vivió alrededor de veinte años en la Argentina y después se fue a vivir a Inglaterra. Trabajó allí como naturalista y llegó a la vejez casi en la miseria. El gobierno británico, atento a los servicios que había prestado a la rubia albión, consideró la posibilidad de otorgarle una pensión. Pero en plena tramitación se enteraron de que Hudson era argentino y no inglés. Allí pararon todo. Para poder recibir el beneficio era menester adoptar la ciudadanía británica y costó convencer al gran escritor para que así lo hiciera. Un día William Henry se enteró de que sus libros en la Argentina (recordaremos todos el hermoso libro "Allá lejos y hace Tiempo") comenzaban a venderse a buen ritmo. Fue una especie de renacer del autor que comenzó a sopesar la alternativa de volver a su tierra y vivir de los derechos de autor. ¿Qué le convenía, vivir en Inglaterra con la tranquilidad de sus 150 seguras libras esterlinas por año o volver a su terruño y sufrir el constante albur de la demanda de sus libros? Su hermano en la Argentina intentó persuadirlo y le escribió a Gran Bretaña para implorarle que regresara. Fueron sus palabras: ¡Vuélvete a tu Patria!
¿Qué hay que hacer con un hermano así?

lunes, mayo 24, 2010


Injustamente vilipendiado por su indolencia para jugar, sus pisaditas intrascendentes, su exasperante lentitud a la hora de definir. En fin, no tan injustamente. Pero el domingo, cuando el partido estaba cerrado por reformas, nuestro buen Mariochi Bell definió el partido con un quiebre de cintura como para bailar el hula hula y todos los que alguna vez lo criticaron la tuvieron adentro (a la emoción) y debieron sacarla lentamente. Hace mucho que no convertía, de hecho la última vez aún no estaba terminado el edificio que está del otro lado de la vía. Pero se perdió muchos, tantos que la oficina de objetos perdidos habilitó una sección sólo para sus goles. En fin, redondeemos porque tampoco se lo hizo a Julio César: gloria y loor, honra sin par para Mariochi Bell y pasemos a otro tema.

viernes, mayo 21, 2010


HOMENAJE A CHICOTE LÓPEZ

Mi mujer desde muy pequeña tuvo una inclinación hacia el canto y la actuación pero, como su familia no pertenece a la estirpe del arte, la piba nunca encontró demasiados alicientes. Cuando trabajaba como maestra jardinera era la primera en anotarse para los actos y las representaciones que exigía el calendario escolar. En un jardín de infantes para millonarios donde laboró durante mucho tiempo había tanta plata que cuando se organizaba algún espectáculo se contrataba para dirigirlo a Hugo Midón un especialista en teatro infantil. Mi compañera solía actuar bajo su dirección y ganaba los elogios del público y la aprobación de tan célebre regisseur. Pero volvamos a su infancia. La familia de mi querida los sábados a la noche solía concurrir a los comederos de la Boca que estaban de moda, como ser La Cueva de Zingarella, Spadavecchia y otras. A los postres se invitaba al tablado a aquel que quisiera cantar, lo que constituye un antecedente válido de nuestro actual karaoke aunque sin pistas. Mi compañera de vida pidió resueltamente subir al pequeño escenario y recibió la venia paterna ante la sorpresa e indignación de la hermana mayor que barruntaba la posibilidad de esconderse debajo de la mesa. Una vez subida la pequeña comenzó a cantar y bailar con un entusiasmo que sumió a la otra en un bochorno y un escarnio que intentó doblegar sacudiendo a su padre de la manga para que interrumpiera la actuación de la niña. Esto cantó mi mujer:
El patito chiquito no quiere ir al mar
porque en agua salada no puede twistear
El patito chiquito no quiere ir al mar
porque en agua salada no puede twistear.

La hermana mayor ahora ocultaba su cabeza en el regazo materno y pedía por favor que la interrumpiesen, que alguien la quitase del tablado, que le tiraran un sifonazo, algo.
El patito fue a la casa de su novia Encarnación
El patito fue a la casa de su novia Encarnación

Lloraba la niña mayor por el pudor soliviantado, se mesaba los cabellos y se obturaba los conductos auditivos con miga de pan.
Y su novia le decía: bienvenido bienvenido amor, bienvenido bienvenido amor…

La gente estaba entusiasmada y ni qué decir del padre, embriagado de orgullo por su nena cantarina y bailarina.
El patito chiquito no quiere ir al mar
porque en agua salada no puede twistear
El patito chiquito no quiere ir al mar
porque en agua salada no puede twistear

Los comensales llevaban el ritmo con sus palmas chocantes y los cubiertos golpeando en el borde de las copas. La hermana avergonzada taconeaba furiosamente las patas de su silla y clamaba por el fin de la canción que ahora llegaba a una parte de ribetes surrealistas:
La señora de Eddie Fischer, la mujer de Richard Burton
La señora de Eddie Fischer, la mujer de Richard Burton
Se la pasa suspirando: tú tienes una carita deliciosa.

Insólitamente la melodía de El Patito se corta en Burton para dar paso al comienzo de un tema de Palito Ortega llamado Despeinada. Evidentemente la obra musical de Chicote López no ayudaba para nada en orden a la búsqueda de estándares de calidad y coherencia. Fue el cantor Chicote uno que aquellos artistas a quienes se denomina one-hit wonders, es decir músicos que logran tremendo éxito con una canción que alcanza los topes en los ránkings y después, sin transición, el viento del olvido los barre bajo la alfombra del anonimato. Nunca nadie vuelve a acordarse de ellos que deberán pensar seriamente en procurar un conchabo. Hay varios ejemplos que podría citar aquí: Heleno con su inmortal balada La chica de la Boutique que fue su primer y último suceso; Dominique en la voz y el decir de La monja cantora (The singing nun), Venus por The shocking blue.
Un aplauso sincero acompañado de silbidos etílicos saludó el final de la canción. La pequeña se arregló las tablas de su pollerita y se bajó radiante del escenario. Tomó la precaución de sortear la mirada furiosa de su hermana mayor que no la perdonó por mucho tiempo hasta nuestros días. Nunca pudo mi cuñada superar ese trauma, cada vez que escuchaba la canción comenzaba a sudar y temblar. Parece mentira, en una reciente velada familiar le pedí que contara la deliciosa anécdota y me pidió que no me desubicara.

jueves, mayo 20, 2010



HOMENAJE A ESPARTACO DICASOLO

Un cómico popular, Délfor (Amaranto Dicasolo), famoso en la radio por su ciclo “La Revista Dislocada”, pasó a la televisión con un programa del mismo nombre que se transmitía los sábados a la tarde. Su hijo Carlos Délfor Dicasolo, cuyo alias artístico era Espartaco, tuvo, gracias al padre, su lanzamiento como cantor. Por el repertorio que interpretaba bien se lo puede incluir en la nómina del movimiento musical de la época conocido como Nueva Ola. Pero lastimosamente no logró fama. Hoy está olvidado. Es más, se lo olvidaba apenas terminaba de cantar. Es que el chico no entonaba afinadamente y además su carisma era poco menos que nulo. No pareciera, sin embargo, que aquellas carencias fuesen impedimentos para triunfar si pensamos en artistas como Palito Ortega y otros que se hicieron famosos aunque ladraran y tuviesen menos brillo que un calzado de gamuza. Pero al joven cantautor Espartaco, además, se lo veía desganado, lánguido -aunque en la foto de la portada de su disco se lo ve sonriente, pero eso es porque en las fotos no podés no sonreír-. Es cierto que el hijo de Délfor no sufría como sí lo había hecho Palito, cuyo rostro pesaroso le quedó esculpido en el rostro desde sus tiempos de changuito cañero en su natal Tucumán. Espartaco, por el contrario, no tuvo mayores apuros económicos porque su padre hacía años que gozaba de éxito con sus programas. El cómico incluso llegó a filmar dos películas: Disloque en el presidio (1965), dirigida por Julio Saraceni y Disloque en Mar del Plata (1962), con dirección de Conrado Diana. El joven Espartaco cantaba en italiano, quizás con el afán de emular al extraordinario Edoardo Viannello, que vendía miles de discos en la Argentina con sus impresionantes hits Bronceadísima (Abbronzatissima) y Guarda come dondolo. A Espartaco no se le veía feliz cantando sobre la pastilla del estudio de TV. Por eso, además de su discutible talento como artista, su fama fue efímera, opaca, circunscripta al ámbito familiar. Imagino a su padre y a su madrastra, la también cantante Isabel Lainer, azuzando al muchacho antes de salir a escena en La Revista Dislocada para que pusiera un rostro más ganoso ante la inminente actuación. ¿Quería realmente Espartaco ser un ídolo de la nueva ola? ¿Estaba en condiciones de serlo? Parado sobre esa plataforma circular con gesto impotente no parecía estar por propia voluntad. Todo indicaba que su presencia allí arriba se debía más al anhelo paterno de que su muchacho se convirtiese en artista que a sus propios designios. No lo podemos afirmar. Nunca trascendió. Como tampoco se hizo público si Délfor lo conminó a dedicarse al canto o trabajar en el puerto, que de vago en mi casa no vas a vivir. No se puede saber. Y el muchacho cantaba penosamente sus canciones a las que les ponía música Horacio Malvicino. Según refiere su padre en un reportaje de 2004 el gran Espartaco posteriormente trabajó como guionista en Televisa México.

miércoles, mayo 19, 2010




HOMENAJE A JOSÉ MARÍA MUÑOZ

Me molestaba escuchar la voz de José María Muñoz cuando se enojaba con sus “colaboradores”, un equipo de personas que vivían en insoportable tensión causada por el mal genio de ese patrón malhumorado al que llamaban el relator de América. Algunos de esos colaboradores cumplían funciones sencillas como señalar el número de córner que debía ejecutar uno u otro equipo cuando se producía esa alternativa en el juego. No mucho más. Muñoz exigía que la contestación fuese instantánea una vez que él a viva voz pronunciaba las palabras “¡Córner número..!
El periodista en el campo de juego debía contestar trece, catorce, o el número que fuese, casi pisando la palabra “número” que antes dijera el jefe. Si así no lo hacía la reprimenda se producía en el aire. Eso suponía pasar vergüenza ante una audiencia de miles de oyentes. Muñoz fue uno de los primeros hombres de radio en maltratar públicamente a los periodistas de jerarquía inferior. Luego le siguieron otros como M. Araujo, F. Niembro y M. Clos. Parece como si estas personas con tantas fallas en el lenguaje y las relaciones humanas, devenidos periodistas porque para ello no se necesita título, necesitaran humillar a sus inferiores para que quede clara su jerarquía ante los oyentes. Lo hace también Mauro Viale, aunque el campeón en eso de basurear a los de abajo se llama Chiche Gelblung. Uno, que es un hombre mayor, añora el estilo siempre amable de los speakers de antaño. Con los omunicadores” modernos se llega a sentir como propia esa tensión cuando basurean a la plebe. Muñoz fue un precursor también en la basureada y uno sufría cuando la respuesta a la pregunta de “córner número…” llegaba tarde o equivocada. Un joven Marcelo Tinelli, hace más de veinte años, se agregó al equipo de Muñoz comenzando por el primer peldaño del escalafón, que precisamente era estar al borde del field para informar el número de córner, los cambios o cualquier alternativa que ameritase el riesgo de interrumpir al jefe supremo. Con su voz finita el hoy poderoso conductor de bodrios denunciaba una juventud que no fue su tumba periodística gracias a la celeridad de reflejos cuando Muñoz gritaba ¡Corner número…!. El muchacho de Bolivar, como un perro ante la orden de su amo, saltaba y casi que interrumpía a su jefe: “¡Cuatro! ¡Desde la punta derecha va a ejecutar Alabastrino!” Cómo sumaba para su expediente indicar además la posición de tiro del ejecutante y su apellido. Un lujo.
Muñoz también sabía molestarse harto cuando, en medio de su relato, solicitaba a los periodistas apostados en las otras canchas que hicieran una breve síntesis del partido que allí se disputaba. En ocasiones los cronistas se explayaban tanto que la síntesis no tenía nada de sucinta. Pasaba a ser un comentario en toda la línea que muchas veces tapaba una jugada fundamental del match, el partido principal que relataba el jefe y que se le llamaba “cabecera de transmisión”. Y si se le pisaban un gol ardía Troya. Cuando terminaba la totalidad de los partidos, Muñoz volvía a invitar a los periodistas en las distintas canchas a que diesen una sumaria explicación, cada quien a su turno y como proemio a los comentarios definitivos y extensos que vendrían posteriormente. Pero el reportero en muchas ocasiones aprovechaba su aire y se entusiasmaba como si estuviera dando una conferencia. Clarifiquemos la situación con un ejemplo: cuando el periodista debía resumir el match con los archirepetidos lugares comunes del tipo de “fue un partido de trámite anodino donde las defensas superaron a los ataques”, frase tópica pero breve y clara, el descuidado decía: “Partido de trámite anodino, las defensas superaron a los ataques, pareciera que podían jugar un día y no se iban a convertir goles, se les cerraron los arcos a los delanteros, pálida tarea de Squagliatórtora que...” Entonces la voz estentórea de Muñoz sustraía al orador de su parla extensa:
!Una breve síntesis! !Más tarde harán el comentario del partido!
Quedaba patentizada la molestia que embargaba al obeso relator lo que de seguro traería una recriminación más horrible cuando estuviesen fuera del aire.
Imagínese la familia del pobre periodista que escucha temerosa el reto público del relator de América. Y la esposa del pobre cronista que, acaso, cuando el hombre partió a su trabajo el domingo a la mañana, le rogó “viejo, acordate de ser cortito, dos o tres palabras, no te alargues. no te olvides que el comentario largo va al final, cuando termina el partido. Por favor mi amor.”
Es que la esposa creía que si Muñoz se enojaba podría ponerse en riesgo la fuente de trabajo. Aunque los periodistas radiales gozaban en aquel tiempo de estabilidad laboral porque las leyes del trabajo los protegían, de modo que si no te mandabas una macana grande podías vegetar durante años en tu puesto de trabajo. Lo pueden atestiguar periodistas de la talla de un Julio Gonzalo Pertierra, un Dante Zavatarelli, un Horacio García Blanco, al que al final no lo mató Muñoz sino la prohibición de un ministro argentino, enemigo de la patria, que no le devolvió la plata que legítimamente se había ganado.

martes, mayo 11, 2010



EL ORIENTAL WASHINGTON
Hace una semana fuimos a jugar al fútbol a Rosario contra un equipo uruguayo con el que venimos compitiendo hace una punta de años. Esta vez los orientales presentaron en su formación a un golero que no es cualquier golero. Se trata de un muchacho que supo jugar en el fútbol profesional de la Banda oriental y alguna vez estuvo preseleccionado para el plantel que jugó el mundial de México. Hablamos del señor Washington Moglia. En la foto lo vemos posando en el equipo de Nacional de Montevideo al lado de otro grande, Rogelio Dominguez y nos ponemos de pie. Arquero del multicampeón Real Madrid, el argentino Dominguez supo ser suplente de Amadeo Carrizo en River y volvemos a ponernos de pie. Puede ser cierto aquello de que han pasado muchos años y ya no somos tan jóvenes, que quizás los reflejos y la agilidad de Washington han sufrido una ligera merma pero el oficio de un guardametas no se pierde nunca, es como andar en bici. Al punto que, mientras el cuidapalos charrúa estuvo en cancha el equipo uruguayo no sufrió goles. Además nuestra delantera estuvo horrible.

miércoles, mayo 05, 2010


LA OTRA


Un episodio ocurrido el año pasado en ocasión de nuestro viaje a Minas, Departamento de Lavalleja, República Oriental del Uruguay ha de salir hoy a la luz con la única finalidad de explicar la causa por la que un integrante de nuestro gran equipo de fútbol desertó del viaje a Rosario. La causal genérica de su defección se denomina POLLERUDISMO. Se define como pollerudo al hombre que no puede hacer lo que le gusta porque su esposa se lo prohibe. Esta es la definición más justa y sencilla. Nuestro buen amigo, a quien llamaremos ITALIANO para no revelar su identidad, tuvo lo que fue el origen de su Waterloo el año pasado cuando regresábamos de nuestro viaje al Uruguay. Una mujer estaba haciendo dedo en la ruta y el chauffeur del ómnibus, a nuestro pedido, detuvo la unidad y le permitió subir. Era una mujer rubia de cerca de cincuenta y siete años. La dama oriental se sentó al lado del ITALIANO y un chusco le sacó una foto. La señora, quizás para agregarle un toque de delicioso encanto al retrato, apoyó su cabecita sobre el hombro del ITALIANO. Meses después, en ocasión del asado de fin de año, la comisión de premios, regalos y gratificaciones (COPRERREGRA) le entregó a nuestro camarada la foto insertada en un bonito marco. Nadie imaginó que el menso del ITALIANO se llevaría esa fotografía a su casa y que ello daría origen a una hecatombe cuyas nefandas consecuencias se extienden en el tiempo y lo seguirán haciendo hasta que alguien se apiade de sus almas. Entre otras desgracias esa foto le impidió al ITALIANO ser parte de nuestra gira futbolística, circunstancia que no afectó demasiado el desempeño del equipo. Pero la culpa del desmoronamiento matrimonial es suya y sólo suya. Más papanatas no se puede ser, como se verá a continuación. Por lo que se sabe la mujer de nuestro amigo es una señora bastante celosa; cada vez que discute con el ITALIANO, cualesquiera fuese la razón del litigio, menciona a una supuesta “otra” inexistente, pero cuya alusión resulta eficaz aguijón a la hora de la riña, la camorra y el rapapolvo. Citaré algunas situaciones a manera de ejemplos:

El: Vieja ¿cuándo está la comida?
Ella: No sé, decile a la OTRA que te cocine.

El: Vieja, ¿no viste la camisa verde?
Ella: Está sucia. Si la querés, decile a la OTRA que te la lave.

El: Vieja, vamos a la camita.
Ella: Si querés ir a la camita, andá con la OTRA.

Un malhadado y luctuoso día el ITALIANO implosionó y explotó, se pudrió de esta exasperante estrategia que sólo sirve para forzar la pelotera y la zapatiesta, excitar al pleito, azuzar al perro manso, patear a la serpiente de cascabel, leer el clarín en presencia de un kirchnerista. Nuestro compañero, en fin, se enojó pero mucho, qué digo mucho, muchísimo y le gritó, qué digo le gritó, le vomitó:
¡¡QUERÉS CONOCER A LA OTRA DE UNA BUENA VEZ!! ¡¡YO TE LA VOY A MOSTRAR A LA OTRA!!
El muy boncha le llevó a su señora la inocente foto, finamente enmarcada, de él con la señora uruguaya, recogida en rutas charrúas, que posaba la dulce testa sobre su mullido hombro. La cónyuge del ITALIANO disipó sospechas pasadas, presentes y futuras y dio por confirmada la infidelidad que había venido recelando a lo largo de los años con la ayuda de unos pobres e insignificantes indicios. Ahora, la señora esposa del ITALIANO cree que esa mujer de la cabeza en deliciosa laxitud es su amante de él, que el viaje era un pretexto para pasar un fin de semana con la indigna y que se sigue viendo con ella, manceba hecha y derecha con quien siempre la engañó. Siempre pero siempre.
El ITALIANO, por causa de aquel atolondrado arrebato pasajero (de un micro) de enarbolar una foto reveladora (no revelada porque ahora son digitales y se imprimen directamente) ante la mera jeta de su esposa, autoincriminándose de un delito no cometido, a la fecha presente aún permanece castigado y nadie sabe hasta cuando lo estará, si alguna vez será indultado, si la esposa volverá a dirigirle la palabra. Lo cierto y verdadero es que al pobre ITALIANO no le vimos más el pelo.
(La foto ha sido virada al negativo por razones de decoro)

martes, mayo 04, 2010




QUÉ ES LA LIBERTAD



La libertad es ir a jugar al fútbol con los amigos, actividad que un grupo de necios seguimos haciendo después de los 50. Algunos debieron desertar por lesiones, otros por falta de motivación, unos pocos por su condición de pollerudos (“este fin de semana me voy con mi señora a Mar del Plata”). La mancha del pollerudismo, cuando se presenta en los días cercanos al casamiento, persistirá hasta el fin de tu vida como si fuese una enfermedad crónica. Bronquitis, por ejemplo. Acordate lo que te digo. Los que quedamos somos más o menos veinte y el fin de semana pasado estuvimos en Rosario junto con 29 muchachos uruguayos contra quienes jugamos dos partidos al año. Uno en condición de locatario y otro como visitante. Aprovechamos la estadía en la Chicago argentina para conocer la ciudad, el monumento a la bandera, y la noche rosarina con sus importantes shows artísticos y, en fin, aquellas actividades que usualmente no hacemos con nuestras esposas porque para ellas pueden parecer aburridas o tontas, como ser reír. De política no se habla casi nada porque hace poco hubo amenaza de boxeo. Entre nosotros, digo. Con los uruguayos el tema de Botnia ni se toca porque es menos importante que la presidencia de Kirchner del Unasur. A la noche, algunos muchachos fueron a ver una obra muy realista con actores y actrices que pusieron todo de sí. En los almuerzos y cenas comimos y bebimos sin medida y sin la cercanía de nadie que nos dijera que somos unos cerdos, que estamos bebiendo como burritos, que nos acordemos del colesterol, la diabetes, los triglicéridos, y todas esas mentiras con que los médicos se ganan la vida. Nadie se murió por un fin de semana de jolgorio. Y si se murió, se murió feliz.

lunes, mayo 03, 2010


VETERANOS DE CHUPINA CORRIDA

La chupina es una rabona general que los estudiantes secundarios de la ciudad santafesina de Rosario celebran todos los 30 de Abril. No está permitida por las autoridades educativas que, si lo prefieren, ponen la “falta” como cualquier otro día. A los chicos no les importa un ardite; el centro de la ciudad, especialmente en la zona del monumento a la Bandera y parques aledaños, se llena de entusiastas vagonetas que inventaron un día de la primavera en otoño haciendo bullicio como gorrioncillos calenturientos.Y nosotros, yo y mis amigos, un grupo de hombres ya mayorcitos, que juegan al fútbol dos veces al año contra un equipo uruguayo en ciudades de la República Argentina y la República Oriental del Uruguay, también nos hicimos la chupina, pero de nuestros respectivos trabajos, y disfrutamos como purretes y botijas de la mañanita soleada junto al río Paraná. Estábamos de jeans y zapatillas, igualito que los adolescentes, la mente en blanco, también como ellos, quiero decir baldía de preocupaciones. Eso sí, no teníamos piercings ni tatuajes. La única marca en nuestra piel podría ser la de la vacuna contra la polio de 1963. En la foto se ve a jóvenes y viejos chupineando de lo lindo.
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