sábado, febrero 24, 2007

EL HOMBRE DE LA SANTERIA

Recomiendo fervorosamente la lectura del capítulo denominado "El hombre de la santería". Garantizo un momento de solaz y sana diversión. Se trata de un señor que tiene una santería y que me solicitó le tasara su casa, en cuyo fondo predominan esculturas cristianas, así como en el mío los enanos. No se lo pierda. Próxima salida


jueves, febrero 15, 2007


VOLVER CON LA FRENTE BRONCEADA







Dejamos Mar del Plata con esa melancolía insoportable que se parece al dolor trémulo de las cosas que partieron hacia un destino de causa perdida. Pensar que hay gente que escribe así. Y la palabra trémulo hacía tiempo que me la debía. Todos los poetas la tienen a mano y la tiran sin asco cuando no se les ocurre otra cosa. Ahora, reconozco que dolor trémulo no significa nada. Bah, sí. Que te duele algo y temblás, podría ser. No sé. Las palabras esdrújulas, en general, tienen su prestigio. Se pueden escribir canciones y poemas con palabras esdrújulas y parece como si rimaran. Pero es un recurso demasiado manido (aunque el propio Serrat alguna vez lo usó: usted que corre tras del éxito, ejecutivo de película, laralalí lara lalílali…) Típico irse por las ramas del que durante días toleró que su mente vagara sobre la superficie verdogrisácea del mar. Pero ahora vuelven las cosas concretas, esas guachas, los problemas, ésos que han sido tan pacientes que aguardaron nuestro retorno sin modificarse una nonada: como los dejamos, así quedaron. A lo sumo se pusieron un poquitín peor. No llevé alfajores de regalo porque me pareció muy gastado. Llevé conchas.


martes, febrero 13, 2007

LAS PELOTAS DE VAZQUEZ
El hombre de la pelota anaranjada observa un partido de tejo mixto mientras un mocoso maleducado le pega tremendo paletazo a la pelotita de tennis. Demasiados deportes en una estrecha franja de arena. Una desafortunada señora recibió primero el servicio del tenaz niño, luego un horrible zurdazo del gordo de la pelota naranja. La mujer está desesperada y con razón. Se sabe que la muchachada combate el aburrimiento como puede. Y esta playa es popular. Pero eso no es un argumento atendible. Si estuviésemos en Pinamar, un suponer, podría pasar un grupo de forajidos jugando a la Tocatta y los riesgos para la vieja serían considerablemente superiores.
La dama indignada le dice a su amiga:
-No sé ya qué pelota puede haber más grande, Nené.
-Las pelotas de Vázquez son más grandes, creo –responde la amiga, untándose con sapolán la cara interna del muslo derecho-.
-En qué estarás pensando, Nené, se dice básquet. Para mí que nos metimos en el medio de unas olimpiadas y no nos dimos cuenta –dice resignada y le pega un profundo chupón a su mate de poronga-.

jueves, febrero 08, 2007

DIVIRTIENDOSE EN LA PLAYA

Yo, desde este luminoso espacio de reflexión, sostengo que el 85 por ciento de las personas en la playa se aburre. Y busca desesperadamente actividades que subsanen el sentimiento de sinrazón que inunda sus vidas. Pero los entretenimientos que se pueden emprender en la arenosa-arenosita superficie vecina al mar son limitados. ¿Puede alguien pensar, por ventura, que un partido de tejo es un espectáculo digno de ver? Y sin embargo la foto nos muestra a los viandantes siguiendo las "alternativas" de un torneo con moderado entusiasmo. Hasta que caen en la cuenta de que arrojar una madera circular es apenas menos pavo que mirar al que la tira, y que denominaremos tejano o tejedor.

miércoles, febrero 07, 2007


Mi mujer insistió para que lleváramos de vacaciones a nuestro perro Estanislao y cada vez que ve a uno en la playa jugando alegremente con una pelota de base-ball o tennis, cuando no de badminton, aunque sea una pluma, me reprocha el no habérselo permitido. Me dice que hasta la vecina de enfrente al departamento donde moramos en Mar del Plata trajo un caballo. En efecto, como se puede ver en los rotrograbados be y ce, hay un chalet que tiene a un caballito pastando junto a la piscina. Le argumento a mi señora que quizás la dueña del caballo es una amazona.
-Es una ama de casa –retruca ella, mi mujer-.
-Bueno, puede ser una veterinaria.
-Claro, si vos fueras médico traerías a tu paciente de vacaciones.
La conversación se está tornando absurda y le pongo coto bajando a comprar facturas a un lugar que ¡Ay! ¡las facturas más ricas que comí en mi vida! ¡Ay, no sabés!
¿Por qué creemos que las facturas más ricas se elaboran en la costa atlántica? Algunos aventuran que por el agua, otros le dan una interpretación más psicológica en orden a considerar nuestra predisposición favorable para todo en época de vacaciones. ¡Pero qué facturas, qué crema pastelera, qué dulce de leche, qué membrillo!
Así estamos. La malla parece una sunga.




Un avioncito pasa por las alturas de la playa llevando en su cola un cartel con el nombre de un candidato, Ramiro de Casasbellas, Federico de Alvear, o Francisco de Narváez, no retengo bien. En cualquier caso es un candidato que tiene menos posibilidades que Julio Chamizo o Ezequiel Martinez (a quien le decían el presidente joven antes de ser presidente, que nunca lo fue). Otro avioncito, o el mismo con un cartel diferente, reza “Piñón fijo Bala”. Si no supiera que es una publicidad del espectáculo infantil de Piñón Fijo y Carlitos Balá, podría interpretarse como una aventurada afirmación sobre la condición sexual del simpático payaso cordobés.

martes, febrero 06, 2007


PERROS EN LA PLAYA


Para público anglohablante: DOGS IN THE BEACH

Paramos en una playa que admite perros, para molestia de quienes los acusan de sucios. ¡Ja,ja,ja! O de transmisores de enfermedades ¡Ja,ja,ja! No hay nadie más sucio ni más transmisor de enfermedades que el hombre, lo digo mientras mi dedo gordo pisa un forro que algún afortunado dejó sobre la playa. ¡Aghh!
Mi señora, cuando aparece un can, me reprocha el no haberle permitido venir de vacaciones a nuestro Estanislao, que así se llama el pichicho porque lo encontramos una vez que fuimos de excursión al campo. Un perro juega con esos discos de plásticos que los gringos mentan frisbis. Cuando su amo diga que el juego tocó a su fin, el animal se acostará tranquilamente sobre la arena y se abocará a mirar el mar. Los niños no negocian tan sencillamente. El perro nunca te pedirá churros, ni helados, ni gaseosas, ni choclo (¿cuándo come choclo en su casa?), ni cometas o pandorgas, ni dirá que se aburre. Con todo, yo nunca recomendaría que se abandone en la ruta a los niños.










Afiches de este señor se encuentran en toda Mar del Plata. Se llama Diego de la Vega, Fernando de Madariaga o Francisco de Narváez, no recuerdo bien. ¿Por qué gasta tanta plata si sabe que va a perder? ¿No será que los que gastan la plata fácilmente es porque antes la ganaron de igual forma?

No es justo que yo me compre el enano columpiándose en la hamaca si mi señora no puede comprarse la cartera de cuero. ¿Qué hacer?


La playa presenta basuras por doquier. Las autoridades municipales le han dicho no a los papeleros y entonces el vacacionista encuentra el motivo perfecto para ser roñoso sin remordimientos.
Al mediodía la playa presenta este aspecto. Ya no cabe ni un preservativo más (la playa es sucia) El señor se dispone a aplicarse gotas para los ojos, que se le han arenado por el viento. No es tan sencilo pasar un día de playa.
Una señora juega al tejo, deporte típicamente masculino. Tengo para mí que su marido es un pollerudo.
El orden que corresponde en la secuencia fotográfica es primero la imagen con menos gente y segundo la que presenta mayor concentración de individuos. Parece obvio, pero por un lamentable error del diseñador de imágenes se publicó en orden inverso en la anterior entrada. ¡Hay que ser paparulo!





La clásica foto del antes y el después. Con una diferencia de media hora así se ha poblado la playa. Hay un serio riesgo de que te claven la sombrilla. ¡Atiza!
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